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Wednesday, August 26, 2015

Para Darko Cuglievan Gulman

 

 
 

Comparto mi artículo publicado hoy en el Suplemento PADRES de COSAS

PADRES ROTOS

Hace dos meses fui convocada por la revista PADRES para redactar un artículo mensual sobre psicología. La idea era escribir sobre algunas recomendaciones que se pudieran hacer para los padres, con información que pudiera compartir como una forma de poner sobre el tapete los temas de la familia y la difícil tarea de...
ser padre. Estoy ahora en el proceso de querer redactar mi tercer artículo, pero me encuentro ante la peor situación emocional y personal que jamás imaginé vivir.

Este es un artículo en homenaje a todos los padres que tuvieron la desdicha de perder un hijo. Porque ahora no puedo más que escribir, hablar y pensar sobre la muerte. Sobre el impacto de la muerte intempestiva de un hijo. Trabajo como psicóloga clínica, y atiendo a familias que llegan con todo tipo de consultas. Muchas son sobre la pérdida de un hijo. En estas situaciones, donde madres y padres han pasado por esta situación, me he sentido muy afectada y conectada con su sufrimiento. No creo que haya podido hacer mucho por ellos, pero sí siento que, en todos los casos, intenté unirme a ellos en su dolor.

Pero lo que hoy me sucede es inconmensurable. No tengo piel, no tengo cuerpo. Sigo avanzando porque tengo que hacerlo. Se murió algo dentro de mí. Algo muy grande y, a la vez, profundo. Y esto no se entiende. Esto se vive, se siente, se sueña, se piensa. Pero es como si uno se partiera en dos: un pedazo sigue avanzando porque no puede evitar no respirar. El otro se ahogó de pena. Me doy cuenta de que mi cuerpo sigue vivo porque me alimento. Eso no lo he dejado de hacer. Pero solo quiero comer las cosas que comía de pequeña. Cosas que comía y compartía con gente a quien amaba mucho. Como pan francés con mantequilla y café con leche y quaker. Solo viviría de eso. Y esas comidas me hacen recordar a mi querida abuela, a mi niñez y al cuidado que ella me daba. Porque quizá lo único que quisiera ahora es que ella me arrope y me cuide. Quizá eso me calmaría, como cuando un bebé llora y la madre lo acuna y lo calma. Me alimento de esas cosas, ya que me hacen sentir arropada por mi abuela que ya no está… porque ahora está con mi hijo.

Este mensaje es de admiración a todos los padres que perdieron un hijo. A su dolor y a su fuerza si salieron adelante; a toda mi comprensión si no pudieron hacerlo. Es un mensaje a su valentía, a su gran tristeza y desolación. Es un mensaje de respeto a todos ellos que siguieron por la vida a pesar de la gran pérdida. Siguieron por la vida a pesar de sentirse rotos e incompletos. No sé si este mensaje pueda ayudar a alguien. Quizá solo sirva para decirles que esas frases que siempre escuchamos como "no hay amor más grande que el que se tiene por un hijo" y que "lo único que no tiene solución es la muerte" son sabias y muy ciertas.

Mil disculpas a todos por no tener esta vez un artículo mas asertivo y más educativo. Espero que comprendan que, en mi mente y en mi corazón, solo puedo ahora escribir sobre la pena, el dolor y el desconsuelo.
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— with Alberto Cuglievan Landazuri, Bronze Solarium, Annette Landazuri de Cuglievan, Briana Boisset Gulman, Darko Cuglievan Gulman, Enrique Boisset and Goran Boisset Gulman.
Like · Comment · Turn Off Notifications · Share · August 20 · Edited

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