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Monday, February 11, 2013

Alan Garcia, el "Intelectual"

Acababa de regresar de ver la reciente película de Spielberg, “Lincoln”,extraordinario film sobre la crucial figura de Abraham Lincoln en el escenario de la guerra fratricida de los Estados Unidos, entre los estados del norte y del sur y que aborda el tacto político, la completa austeridad, la cultura, y la integridad de un presidente para terminar mediante una modificación constitucional (la enmienda 13) con la esclavitud, a pesar de las presiones económicas y racistas de una sociedad escindida. Esa es la grandeza de Lincoln y su reposo en el mausoleo de los grandes gobernantes del mundo. Tremendo contraste el que sigue. Llegué a casa, me senté en el sillón de la sala y capté canal N. Estaba, Alan García, con su gestualidad grandilocuente, sobreactuada y su figura elefantiástica, dando explicaciones a la teleaudiencia sobre sus ingresos para comprar una casa de US$800,000.00, información que debía entregar al Ministerio Público nada más, pero que quería compartir con la población para demostrar su “honestidad”y adelantar a Toledo, que atravesaba por similar cuestionamiento. Dada la situación del Ministerio Público sé que es imposible que esta investigación se lleve de manera imparcial y sesuda, como decenas de las investigaciones que le han efectuado a García y que han sido archivadas, las más graves, que incluyen delitos de lesa humanidad, por prescripción. Lo que sí me llamó la atención nuevamente es la manera cómo García cree que puede sorprender y engañar a los peruanos, señalando que en 18 meses acumuló poco más de cuatro millones de soles, como gran jugador europeo de la Premier League. Es decir, García nos dice que ganó desde que dejó el gobierno (su segundo mandato) S/. 200,000.00 mensuales, lo que contrasta con los austeros S/.16,000.00 que decía ganar durante su gobierno. Vaya que es mejor ser ex presidente que presidente. Claro, García me diría: “el honor de ser presidente y reivindicarme con mi pueblo y la historia justifica cualquier precio” o cualquier charlatanería que estoy seguro él tampoco se cree. Me indignaba cada vez más cuando lo veía, en pose huachafesca, vacía, además de conchuda, decir que “el ladrón cree que todos son de su condición” o cuando señalaba muy suelto de carnes que él no es el “incapaz que sólo puede vivir de extenderle las manos al estado”, cuando ha vivido casi toda su vida del Estado peruano, pues, que se sepa nunca ha sido un abogado de prestigio ni ha descollado en el sector privado. Ya es el colmo de la falsedad y el desparpajo, llamar incapaces a los que se esfuerzan desde el Estado cuando lo único que ha hecho él es esmirriarlo. García ha sido el peor presidente de la historia del Perú Republicano. Recordemos, en su primer gobierno casi destruye al país, él y muchos apristas casi “se levantan en peso” al Perú. La inflación, según datos oficiales en 1988 fue de 1722.2%, en 1989 de 2775%. En diciembre de 1987 la inflación era de 114.5% una de las más altas del mundo. ¿García tiene la cara para dar conferencias en el mundo? Créanme que sí. Y estoy seguro que las busca, trata de que lo inviten, que lo llamen y lo reconoce: “Cobro barato para que me vuelvan a llamar”. Este gobierno de García era de una inflación astronómica, como se aprecia, de escases de alimentos, de balanza comercial en rojo sangre. Los productos farmacéuticos subieron en 600%, la gasolina en 400%. El gobierno entró en una espiral de corrupción, en donde los amigos del partido aprista copaban los puestos públicos que él con estulticia denosta. El Estado se volvió un botín para los llamados “compañeros” (con honrosas excepciones). El segundo gobierno de García fue el del “perro del hortelano” en donde su ideología, que nunca la tuvo clara, pues su único fervor fue hacerse rico desde el Estado, fue atacar a los que antes supuestamente defendía, los más débiles, señalando que eran sujetos no analíticos y que la inversión incondicional debía ser defendida a ultranza. El país iba en piloto automático pero adolecía de madurez política y de defensa de la institucionalidad a lo que debía dedicarse García, quien, desde mi punto de vista, fue un mal presidente en este gobierno. En este segundo gobierno la macroeconomía no era su mérito, mas su demérito consistía en tensionar y confrontar con prácticas excluyentes y racistas. Por este segundo gobierno, él se cree con derecho a engañar, a sorprender, él no buscaba nunca reivindicarse con la historia, como dice histriónicamente, él busca su beneficio personal. Ahora él, quien destruyó un país, con su irresponsabilidad, incapacidad, corrupción, da conferencias en donde factura US$ 50,000 por presentación de una hora, escribe libros, que no aguanté leer más de dos, que son un bodrio intelectualmente y es director de una escuela política. Así gana US$ 4’000.000.00 en 18 meses. Ni Belaunde se podía mantener dictando conferencias en los Estados Unidos y murió en su única vivienda en el Olivar de San Isidro, ni Haya que murió, como dice Villanueva, con una refrigeradora que jalaba con una pita, hubieran salido a dar una conferencia tan abyecta y desvergonzada. Definitivamente García es un caso clínico y un ejemplo de abyección y cinismo desenfrenado. Jairo Cieza Mora, Lince, 08/02/13

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