El intento de los seguidores de Hugo Chávez para instalar un sucesor del caudillo muerto a través de una elección unilateral está fallando. Ahora bien, el régimen venezolano parece estar preparándose para mantenerse en el poder mediante la fuerza bruta - y el país productor de petróleo se encamina a una crisis que exige la atención de los Estados Unidos y las democracias de América Latina.
El martes, Nicolás Maduro, el ex conductor del autobús y protegido cubano que fue designado como sucesor de Chávez, apareció en la televisión nacional para anunciar que iba a "no permitir" una marcha Miércoles convocada por la oposición para apoyar su petición de un recuento de votos en las elecciones del domingo. Con la promesa de usar "mano dura" - una frase canoso de la historia de las dictaduras de América Latina - Mr. Maduro refirió a los manifestantes "de relleno [Caracas] con la muerte y la sangre", palabras que resonaron como una amenaza. El gobierno dijo que siete personas ya habían muerto en los enfrentamientos posteriores a las elecciones y afirmó que el golpe se estaba preparando.
De hecho, si alguien está preparando un golpe de Estado, que es el Sr. Maduro y sus asesores cubanos. El líder opositor Henrique Capriles Radonski ha presentado una demanda pacífica y razonable: que una auditoría se realizará del escrutinio presidencial sospechoso. El propio Sr. Maduro, dijo el domingo que él estaría de acuerdo con un recuento de votos - pero el lunes la Comisión Electoral que controla bruscamente ratificó un resultado que le dio un margen de 260.000 votos de los 14,8 millones emitidos. El resultado estrecho sorprendió claramente los chavistas, que ya había instalado el Sr. Maduro en la presidencia por medios inconstitucionales, sino que espera que su dominio de los medios de comunicación y la orquestación de la votación de los empleados estatales produciría una "victoria" fácil y legitimar la continuación del régimen.
De hecho parece que la mayoría de los venezolanos, incluyendo a muchos antiguos partidarios de Chávez, para ser alimentado con una "revolución" que se ha producido una inflación de dos dígitos, una grave escasez de energía y de los alimentos básicos y una de las tasas de homicidios más altas del mundo. Sr. Maduro ha ofrecido ninguna respuesta a estos problemas - sólo afirmaciones absurdas que son el producto de las conspiraciones de la oposición y los Estados Unidos. En medio de señales de que su movimiento puede ser astillado, el Sr. Maduro parece ser la preparación de medidas represivas que deben ser intolerable para los miembros de la Organización de los Estados Americanos, que estén obligados por el tratado de resistir a violaciónes de orden democrático.
Afortunadamente, el gobierno de Obama, que hasta hace poco era prematura e imprudente cortejando Sr. Maduro, ha cuestionado la certificación rápida de la elección y apoyó la petición de que el recuento, también lo ha hecho el gobierno de España y Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza. La administración debe comenzar a coordinar con México, Chile y otras democracias importantes de América Latina para prevenir el Sr. Maduro de matar a su camino al poder.
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