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Monday, December 2, 2013

COINCIDENCIAS FATALES: JAMES DEAN Y PAUL WALKER

Pura coincidencia o es que la historia se repite despues de muchos años?

por Rodrigo Franco Seoane


Paul Walker y el auto con el que perdió la vida



Muchos decidieron buscar información del auto en el que murió el actor Paul Walker, recordado por su papel de Rápidos & Furiosos.
La cuenta Facebook de de AE Performance, empresa que formó Walker con el salvadoreño americano, Roger Rodas, muestra imágenes inéditas de ambos.
La vida tiene cosas curiosas que se asemejan después de años hasta en la fatalidad, las modas por ejemplo, muchas veces vemos que las modas se repiten después de décadas, o después de 50 años, en la vida y en el arte vemos que artistas se asemejan e ideas se vuelven a hacer después de años, centenas, milenios, Los inventos de el maestro Leonardo Da Vinci, se repiten a través de la historia, Las modas vuelven después de años, las ideas se reinventan, el auto eléctrico reaparece después de 100 años por ejemplo, muchas veces pensamos lo que otros piensan al unísono, será que vivimos en mundos paralelos o en eras paralelas? Eventos e historias que coinciden, se repiten y que nos hacen pensar que el destino y todo esta relacionado.
Como se recuerda Walker y Rodas murieron en un moderno auto que colisionó contra un arbol y una pared en Santa Clarita (California).
EL AUTO. En el album de fotos de AE Performance se encuentra una imagen del vehículo biplaza con placas 7CCY590, en el que participó a un evento de caridad para su organización Reach Out Worldwide en Santa Clarita.
Se trata de un Porsche Carrera GT, modelo 2005, el cual podía correr a más de 330 kilómetros por hora y con una aceleración de 0 a 100 km / h (62.5 mph) en 3,9 segundos.
El actor perdió la vida sentado en el lugar del copiloto al momento del impacto, justo como lo muestra la imagen al momento de subirse, con un esbozo de sonrisa unos lentes oscuros y pelo a semirapa, camisa negra y pantalones grises.
El accidente se registro en Santa Clarita, al norte de Los Ángeles, cuando el conductor perdió el control del vehículo y se impacto primero contra un poste y luego contra un árbol según los primeros reportes.

El Porsche 550 A Spyder de James Dean: tan hermoso como maldito



  
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Cuenta una vieja leyenda que hubo una vez un rebelde sin causa, un gigante, que vivía al este del Paraíso, al que nada le daba más placer que sentir las garras del viento sobre sus rubia cabellera. Sólo el viento le regalaba esa inexplicable sensación, andando en su deportivo.
Por las noches, montaba sobre un moderno caballo plateado, vestido de automóvil, y descargaba su furia sobre el pedal del acelerador.
Dicen quienes lo veían pasar que era un tal James Dean y que “montaba” un fantástico Porsche 550 A Spyder. Y lo hacía como nadie… o mejor dicho, lo hacía como sólo él sabía hacerlo.
La velocidad era su verdadera pasión. Esa misma velocidad que le entregaba sin condiciones aquel Porsche 550. Ni las mujeres, ni las grandes luminarias, ni el dinero… nada de eso.
La pasión de James Dean, era ese auto alemán y la velocidad descomunal que de él nacía. Si hasta le había puesto un nombre: “Little bastard”.
La fama y el dinero que ésta ha provocado, le permitieron hacerse de ese rabioso deportivo, que identificado con el número 130 en su capó, supo llevarlo por carreteras sin final, eternas… como su recuerdo… como su imagen de símbolo de toda una generación.
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El final de un hombre. El principio de una leyenda.
Sólo se sabe el final.
La noche anterior James Dean le habían encargado el cuidado de su gato a Elizabeth Taylor. Temía que quedara solo y desprotegido si algo le pasaba. Y finalmente, le pasó…
Circulando a cierta velocidad con su bólido plateado, un auto Ford lo chocó de frente en la localidad de Cholame, en California… y todo, comenzó a ser un recuerdo. El “Rebelde sin causa” había muerto haciendo lo que más le gustaba, conduciendo su “Little bastard”…
La historia de la maldición de aquel hermoso auto.
Una vez que bajó la polvareda, una vez que James Dean ya se había trasnformado en parte del pasado, comenzó la locura por el auto. Muchos se lo disputaron y muchos otros consiguieron tenerlo. O por lo menos, pudieron conseguir algunas partes. Y ahí, se dice, comenzó una verdadera maldición.
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Primero el Porsche 550 fue vendido a un modesto distribuidor de autos usados. El buen hombre cobraba unas monedas para que los curiosos lo vieran, hasta que decidió deshacerse del auto.
Un tal George Barris pudo adquirirlo y cuentan algunos testigos que al trasladarlo a su taller, el Porsche se soltó del trailer rompiéndole las piernas a un mecánico del lugar.
Luego de esto, Troy Henry se transformó en su “nuevo dueño” comprando el motor del Porsche de Dean para montarlo en el suyo. Durante su primer viaje, se accidentó y perdió la vida…
Finalmente, otro personaje de Nueva York, compró los neumáticos del mítico auto plateado, los colocó en el suyo y misteriosamente estallaron en uno de sus primeros viajes, haciéndole, también, perder la vida…
La noticia se expandió como reguero de pólvora por todo el lugar: se decía que James Dean había sobrevivido al accidente y que desfigurado y transformado en fantasma decretaba todo tipo de hechizos y maldiciones sobre sobre quienes osaban conducir a su único y verdadero amor, aquel hermoso Porsche 550 A Spyder, que sólo él llamaba “Little bastard”…

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