Trolls al rescate de PPK
Utilizando la estrategia de social media de Susana Villarán
Utilizando la estrategia de social media de Susana Villarán
La faceta más penosa de la tragedia que vivimos es que ni siquiera ante estos percances podemos lograr la unidad nacional. Somos incapaces de enfocarnos en los problemas y olvidarnos de nuestras rencillas. Al contrario, se aprovecha la tragedia para abrir nuevos frentes de batalla. Y estas actitudes van no solo al nivel de las cloacas de las redes, sino también en los medios y hasta entre las más altas autoridades.
En mala hora el gobierno decidió montar una copia fiel del social media de Susana Villarán, convocando a unos cuantos genios del progresismo para ocuparse de la guerra electrónica en defensa de PPK. Un ejército de bots invadió las redes para alabar la gestión del gobierno de lujo. Y como para disimular la movida, conocidos progres del Twitter se sumaron a la campaña de loas y alabanzas al gobierno con la frase “yo sí siento al Estado presente”. Probablemente lo sentían, pero en sus bolsillos.
La jauría rabiosa del progresismo no ha dado tregua. Como si nada ocurriera en el país, ha continuado su permanente campaña de odio visceral contra Keiko Fujimori, el fujimorismo y el alcalde Castañeda. Y en otra muestra de cinismo tradicional de izquierdas, han condenado a todo aquel que osaba criticar al gobierno exigiendo nada menos que unidad. De este modo, el blindaje al gobierno corre en paralelo con su coro de adulones mediáticos, a cargo de lo más selecto del progresismo. Ya no se puede criticar al gobierno sin el riesgo de ser tildado de traidor a la patria. Solo está permitido criticar y condenar al alcalde Castañeda, así como cada acto, gesto y palabra de Keiko Fujimori. Titulares, columnas y caricaturas así lo revelan. Las redes y los medios parecen moverse al unísono mecidos por alguna mano extraña. Si esto no es socialismo del siglo XXI, se parece bastante.
Lo cierto es que este gobierno nos decepciona más cada día. En muchos aspectos es el gobierno de la Gran Continuación. Si Ollanta decepcionó a la izquierda, podríamos decir que PPK ha decepcionado a la derecha. De Ollanta no se podía esperar nada porque se trataba de un trepador de baja estofa amamantado en la locura. Pero PPK parecía tener el perfil perfecto, tal como lo reseñaron en la prensa extranjera. Tiene todo: educación, experiencia, trayectoria política y empresarial, mundo, relaciones, etc. ¿Qué pasó? La gente se está desencantando de él muy rápidamente, y su alianza con el progresismo no le va a ayudar en nada.
Aparentemente PPK ha escuchado el discurso de su corte progresista y acabó convencido de que la decepción popular se debe a “problemas de comunicación”. PPK ya está viejo para creer en estos relamidos y tontos cuentos progres, pero a falta de otras ideas no le quedó más que abrirle las puertas a un ejército de trolls, comandados por un genio de las redes, para que se encarguen de bombardear a los ciudadanos con mensajes de texto y tuits, además de contratar a los más distinguidos opinólogos, que se sumaron sin rubor a la campaña pro gobierno. Un signo más del socialismo del siglo XXI, en el que la propaganda del gobierno suplanta a los buenos resultados.
Habrá que darle tregua al gobierno mientras pasa este horrible temporal. Pero no podemos callar ante pretensiones insensatas como despilfarrar tanto dinero en unos estrambóticos Juegos Panamericanos, mientras tenemos medio país por reconstruir. A ver si al fin se dignan a concentrar todos los esfuerzos del Estado en la construcción de infraestructura, en lugar de perder tiempo y dinero en ridículas aventuras sociales y en la búsqueda de utopías fracasadas, como la sociedad perfecta, igualitaria y justa. Hay que ponerse a trabajar de verdad. Queremos obras y no floro ni poses.
Dante Bobadilla
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