La licuadora: Alan García y las mujeres políticas
Hace unos días, mientras dictaba una charla a estudiantes, caí en cuenta que existe un raro fenómeno respecto de la participación política de las mujeres en el Perú. ¿Por qué les interesa poco la política? ¿Por qué, a las que sí les interesa, les cuesta tanto llegar a una posición de poder? ¿Por qué nunca hemos tenido una Presidenta mujer?
Una mujer que ha sido Presidenta de su partido y ha peleado la campaña presidencial dos veces es Lourdes Flores. Con todos sus errores políticos, una mujer honrada. ¿Por qué nunca logró llegar a segunda vuelta, desplazada el 2001 y el 2006 por Alan García? Porque en las dos ocasiones él la metió a la licuadora. Uso el símil porque ayuda a entender visualmente cómo se hace puré a una persona. Se le descuartiza, se le agua un poco y se le licua a máxima potencia. ¿Cómo construye García su estrategia? Con muletillas. “La candidata de los ricos”, “la candidata del Banco de Crédito”, “la candidata de la derecha”. Es mentira, pero qué importa. Repítalo miles de veces y hágalo repetir por todo el país. Todo el día. Todos los días. En todas las paredes, en todos los volantes. La debilitas, cuando está débil la chancas, cuando la chancas le pasas el tractor por encima. ¿Resultado? Puré de Lourdes Flores.
La segunda mujer importante en la política peruana reciente es la alcaldesa de Lima, Susana Villarán. Una mujer honrada y austera como pocas. Como Lourdes Flores, con todos sus errores políticos, pero íntegra. La política las puso frente a frente y guardo de esa campaña documentos que hoy serían impensados de aportar por sus pares varones: sus declaraciones de Impuesto a la Renta de los 5 años anteriores. Solas, se levantaron el secreto tributario. Eso no ha sucedido nunca más. Villarán, elegida, tuvo que resistir la ofensiva de Castañeda Lossio que, aliado con García, la llevó a la revocatoria. ¿Las muletillas? “Lady Vaga”, “Inepta” y por supuesto las pintas de “ratera”. Villarán mantuvo el puesto, pero perdió todo su concejo y quedó tercera en la reelección. García (no solo él) la metió a la licuadora. Y la hizo puré.
La tercera mujer que, Presidenta de un partido, tiene futuras aspiraciones políticas es Nadine Heredia. García le machacó la “reelección conyugal” desde el primer año de gobierno. La vio como objetivo a destruir y no ha parado. El “cajero de Palacio” (Martín Belaunde Lossio), la “Jefa” y esta semana “La reina”. Siempre disminuyendo a su esposo y tratándola de usurpadora. Este año decidió meterla a la licuadora, acusándola de ladrona (¿de sus propios fondos de campaña?). Ha logrado hacerla puré con enorme éxito utilizando nuevas tácticas e inesperados aliados. Y no solo los medios tradicionales –una prensa que siempre ha dominado sea por miedo o por afecto– sino, sobre todo, las redes sociales para hacerse notar. “Mafia de Palacio” es una de las últimas. ¿Importa la mentira? No. Nunca le ha importado.
No es que García no ataque a hombres, porque sí lo hace. Pero es con mujeres donde planifica y goza estos triunfos tribales. Las destroza política, psicológica y hasta físicamente si se ve el desgaste de cada una. Las deja exhaustas, sin palabras, sin salidas, sin respuestas. Y cuando las saca del juego, las olvida, para concentrarse en la siguiente.
Keiko Fujimori es la mujer que más cerca ha estado de llegar a la Presidencia. Era la candidata de García en el 2011 y es la candidata de García para la segundo vuelta el 2016. Por eso no la toca. Es la más fácil de ganar, cree García. Es mujer. Por eso, si llega a competir con ella la meterá a una de las licuadoras más salvajes que haya visto la política peruana, sin piedad ni misericordia. No lo hemos visto aún por expresa estrategia de García. Lo primero era destrozar a la primera dama, convencido de que violaría la ley y sería candidata. Ahora, cumplida su misión, debe sacar a PPK y a Acuña del juego para enfrentarse a Fujimori. Solo esperen a ver las muletillas que usará. ¿La hará puré?
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