Policía cree que detenidos con arsenal en Cieneguilla cometieron 40 crímenes
La institución busca a diez matones que integraban la banda del peruano Miky Acosta y el colombiano Ricardo Peñuela. Armas fueron incautadas el miérrcoles
Al mediodía de ayer, poco más de 24 horas después de sus capturas, los prontuariados Miky Danilo Acosta Arancial y Ricardo Peñuela Gómez solo atinaban a sacar las manos por entre los barrotes del calabozo de la sede de la Divincri del Cercado de Lima para recibir algunos periódicos.
De golpe habían dejado de ser los mandamases de la zona de Santa Rosa de Collanac, ubicada en Cieneguilla, donde en la Parcela N°135, de propiedad de Acosta, tenían almacenadas una gran cantidad de armas largas, municiones, silenciadores y pertrechos que, según la policía, usaban para asaltar, extorsionar, secuestrar y ocupar violentamente terrenos de los alrededores.
“*Estos sujetos estarían vinculados a unas 40 muertes en esa zona de Manchay.* Estamos en plena investigación”, explica a El Comercio el comandante PNP Franco Moreno Panta, jefe de la Divincri del Cercado, la dependencia policial que investiga el caso.
“Impartían miedo. Reclutaban a matones. Les daban armas para que vigilen los terrenos ocupados y cometan otros actos delictivos”, agrega el oficial. “Nos mantenían aterrotizados”, añaden, a su vez, pobladores de la zona consultados por El Comercio.
El peruano Acosta y el colombiano Peñuela cayeron en la operación policial realizada en la mañana del último miércoles en la parcela del primero, más conocida como fundo Santa Rosa. Ahí también fueron capturadas Vanessa Rupay Quispe (30) y Juliet Madera Saya (27), quien sería la pareja de Acosta.
En la organización criminal, ambas se habrían desempeñado como nexos y señuelos para los delitos que ejecutaban.
Según Moreno, las cuatro personas seguirán detenidas al menos por diez días más en la sede del Jr. Áncash mientras se desarrollan las investigaciones. El caso es seguido por la Segunda Fiscalía Provincial Mixta de La Molina y Cieneguilla.
En la operación también fueron detenidos cuatro obreros que realizaban obras en la parcela, pero luego fueron liberados tras comprobarse su inocencia. “Estamos buscando a unos diez matones que trabajaban con la banda”, refiere Moreno.
“El sigiloso seguimiento policial a las actividades de la banda duró un mes”, agrega.
“Infiltramos a un agente en el fundo. Gracias a él supimos todo lo que pasaba ahí dentro: costumbres, horarios y dotación de armas. En el lugar había muchos animales, entre ellos ocho perros rottweiler”, revela el oficial.
Fueron 50 policías de la Divincri del Cercado de Lima , la Oficina de Inteligencia de la Dirincri y el Grupo Génesis los que irrumpieron en el fundo a las 8 a.m. del miércoles, mientras los delincuentes desayunaban.
La banda cayó sin oponer resistencia, aunque, según fuentes policiales, Acosta llegó a decir “si me hubieran encontrado con un arma en la mano, se habría desatado un infierno”.
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