Herrera
De las montañas de Santander, que según algunos genealogistas se deriva de la casa de Lara. Se extendió por la Península con la Reconquista, probando su nobleza en innumerables veces, en las Órdenes Militares, una rama pasó a Cuba y otra a la conquista de las Islas Canarias.
Por ello, es comprensible que se haya concedido el marquesado de este étimo familiar por parte de Carlos IV el 9 de noviembre de 1790 en favor de Don Vicente Herrera y Rivero, quien fuese el Caballero de Carlos III.
Su significado deriva de provenir del metal más fuerte, hierro, siendo esta fórmula una expresión de la ocupación de los primeros usuarios de este apellido.
Múltiples son las fórmulas derivadas entre las que se destacan, desde el punto de vista sefaradí, las de Fereres por provenir de la población en la provincia de León, España y que se conocía a sus pobladores como inmigrantes de la comunidad judía de Marruecos y la de Erera que, aunque la grafía original incluye la letra h, se pierde al emigrar a Turquía y países como Grecia o la antigua Yugoslavia, países en donde dicha letra no tiene validez idiomática.
El portar un apellido que aparezca en una o varias listas de los pretendientes a obtener la nacionalidad española, no hace a cualquier portador de dicha fórmula apelativa como judío. Ser judío es nacer de una madre judía. Tener posible origen judío es ser hijo, nieto, bisnieto o tataranieto de algún antecesor judío. Ser sefardita, en cambio, es poseer algún apellido que haya sido portado por judíos hispanos y que pueda ser documentada su línea genealógica.
Así las cosas, nuestro lector puede presumir un posible origen sefardita, ya que en 1484 se registraba la presencia de uno o varios judíos en la Península Ibérica en Ciudad Real empleando su apellido.
Lo que también es cierto es que el mundo judío de la modernidad registra a judíos que portan la fórmula en estudio en la Ciudad de México, Florencia, Túnez, Venecia y Antalia.
Es tan popular la grafía comentada que casi 2, 000,000 de personas la utilizan lo que lo convierte en el apellido que ocupa la posición 266 en la lista mundial de los nombres de familia. Se concentra su densidad de manera prevaleciente en Nicaragua y es altamente popular en México.
Veamos, pues, cual es la preferencia por los países en donde más se asientan los Herrera: México (34), Colombia (25), Estados Unidos (221), Argentina (21), Venezuela (32), Perú (44), Chile (34), Guatemala (32), España (56) y Cuba (31).
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