Fiscal pide 35 años para Rodolfo Orellana: así fue su captura en Colombia en el 2014
El 13 noviembre del 2014, Rodolfo Orellana fue capturado en la ciudad de Calí (Colombia). Al día siguiente fue expulsado a Perú para que cumple prisión preventiva (Foto: Rolly Reyna/ El Comercio).
La fiscal de lavado de activos Marita Barreto informó esta mañana que ha pedido al Poder Judicial 35 años de prisión efectiva para Rodolfo Orellana y su hermana Ludith, entre otros, como presuntos líderes de una gigantesca red criminal que operó durante 12 años. Esta es la historia de cómo se consiguió dar con el paradero de Orellana en un exclusivo condominio en Cali (Colombia) en noviembre del 2014.
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El hombre de espaldas tenía las características físicas a las de Rodolfo Orellana. Sin embargo, era muy pronto para enviar la confirmación a Lima. Era el 11 de noviembre del 2014. El suboficial PNP de la Dirandro Ysrael Ego Aguirre se había infiltrado en un exclusivo condominio en Cali como trabajador de mantenimiento. Las investigaciones decían que allí se encontraba su objetivo, quien ya había superado los 130 días de ser el hombre más buscado por la justicia peruana.
Escondido en su personaje, Ego Aguirre se colocó afuera de la casa y simuló que estaba arreglando una de las cámaras de seguridad. Pasaron varios minutos hasta que logró ver algo: un hombre con las facciones de Orellana, aunque con varios kilos menos, apareció en la sala y se sentó dando la espalda a la ventana. El agente aprovechó y sacó cuidadosamente un celular de su bolsillo. Tomó una foto y se la envió de inmediato a su jefe, el comandante PNP Walter Lozano Pajuelo quien lo esperaba en los exteriores con la policía colombiana. ¿Era Orellana? Los agentes peruanos creyeron que sí, pero, a pesar del parentesco prefirieron esperar y tener más evidencias.
La confirmación llegó al día siguiente. “Mamá, el tío Rodolfo tiene hambre”. La policía de Colombia, a pedido de sus colegas peruanos, interceptaron los teléfonos de la casa de Alvia Ramos Gallegos, ex cuñada de Orellana, ubicado en la Ciudadela Pasoancho en Cali. Allí vivía con su hijo y con su esposo, el abogado Germán Pizarro Melgarejo.
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El hombre de espaldas tenía las características físicas a las de Rodolfo Orellana. Sin embargo, era muy pronto para enviar la confirmación a Lima. Era el 11 de noviembre del 2014. El suboficial PNP de la Dirandro Ysrael Ego Aguirre se había infiltrado en un exclusivo condominio en Cali como trabajador de mantenimiento. Las investigaciones decían que allí se encontraba su objetivo, quien ya había superado los 130 días de ser el hombre más buscado por la justicia peruana.
Escondido en su personaje, Ego Aguirre se colocó afuera de la casa y simuló que estaba arreglando una de las cámaras de seguridad. Pasaron varios minutos hasta que logró ver algo: un hombre con las facciones de Orellana, aunque con varios kilos menos, apareció en la sala y se sentó dando la espalda a la ventana. El agente aprovechó y sacó cuidadosamente un celular de su bolsillo. Tomó una foto y se la envió de inmediato a su jefe, el comandante PNP Walter Lozano Pajuelo quien lo esperaba en los exteriores con la policía colombiana. ¿Era Orellana? Los agentes peruanos creyeron que sí, pero, a pesar del parentesco prefirieron esperar y tener más evidencias.
La confirmación llegó al día siguiente. “Mamá, el tío Rodolfo tiene hambre”. La policía de Colombia, a pedido de sus colegas peruanos, interceptaron los teléfonos de la casa de Alvia Ramos Gallegos, ex cuñada de Orellana, ubicado en la Ciudadela Pasoancho en Cali. Allí vivía con su hijo y con su esposo, el abogado Germán Pizarro Melgarejo.
La policía colombiana junto a dos agentes PNP de la Dirandro arrestaron a Orellana en un exclusivo condominio en Cali. Cuando entró la policía, Orellana estaba en pijamas. (Foto: Archivo El Comercio)
Tal vez fue el exceso de confianza lo que hizo que Orellana bajara sus defensas: luego de que hablara el hijo de Ramos, él mismo cogió el teléfono y le preguntó a qué hora venía y si podía pedir comida por delivery. Una conversación cotidiana terminó siendo la prueba definitiva. Ese día, las autoridades colombianas tramitaron la orden de detención ante la fiscalía. Esta se ejecutó el 13 de noviembre a las 6:50 a.m. por el fiscal antidrogas Mario Peñate Mercado.
Orellana aún estaba en pijamas cuando un contingente ingresó al domicilio. Sorprendido, solo atinó a decir que se cometía un error porque él era un perseguido político en Perú. Era evidente que ya no era el mismo.Se le veía ojeroso y descuidado, lejos de los lujos y el poder. Dejó de ser “el gordo”, como lo llamaban sus cómplices, el presunto líder—de acuerdo con la fiscalía— de una de las redes más grandes de lavado de dinero y corrupción que se hayan visto en el país.
En la diligencia también estuvieron los agentes Lozano y Aguirre, quienes acompañaron en el traslado del detenido a Bogotá. En paralelo, la fiscal Marita Barreto, que también había viajado encubierta a Colombia, coordinaba con las autoridades de ese país la expulsión de Orellana, pues había ingresado de manera irregular.
De acuerdo con los investigadores, Orellana pasaba sus días en la clandestinidad estudiando las leyes colombianas con el propósito de montar allí algún día sus negocios inmobiliarios. “Aquí hay un terreno virgen”, le habría dicho el procesado a su pareja Ester Carolina Furland, según una de las interceptaciones telefónicas que efectuó la unidad del comandante Lozano.
Orellana aún estaba en pijamas cuando un contingente ingresó al domicilio. Sorprendido, solo atinó a decir que se cometía un error porque él era un perseguido político en Perú. Era evidente que ya no era el mismo.Se le veía ojeroso y descuidado, lejos de los lujos y el poder. Dejó de ser “el gordo”, como lo llamaban sus cómplices, el presunto líder—de acuerdo con la fiscalía— de una de las redes más grandes de lavado de dinero y corrupción que se hayan visto en el país.
En la diligencia también estuvieron los agentes Lozano y Aguirre, quienes acompañaron en el traslado del detenido a Bogotá. En paralelo, la fiscal Marita Barreto, que también había viajado encubierta a Colombia, coordinaba con las autoridades de ese país la expulsión de Orellana, pues había ingresado de manera irregular.
De acuerdo con los investigadores, Orellana pasaba sus días en la clandestinidad estudiando las leyes colombianas con el propósito de montar allí algún día sus negocios inmobiliarios. “Aquí hay un terreno virgen”, le habría dicho el procesado a su pareja Ester Carolina Furland, según una de las interceptaciones telefónicas que efectuó la unidad del comandante Lozano.
.El inmueble donde fue detenido Orellana está ubicado en Carrera 081 N° 13ª - 125 - Ciudadela Paso Ancho Dos, Comunidad 17 - Barrio el Ingenio. (Foto: Policía de Colombia)
A las 8 de la mañana del 13 de noviembre, la detención ya estaba en todos los noticieros del Perú. El entonces presidente Ollanta Humala llamó a RPP desde Roma, donde cumplía una visita oficial, para felicitar a las autoridades por la captura. También le hizo llegar al entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos su agradecimiento por la colaboración de los agentes de su país.
Humala anunció que su ministro del Interior, Daniel Urresti, viajaría a Bogotá con un avión de la Fuerza Aérea para traer al detenido. El hecho se concretó al día siguiente.
Orellana fue expulsado de Colombia. Poco después de las 6:15 de la tarde, descendía de las escaleras del avión que lo traía a Lima. Vestía una chompa gris y encima un chaleco antibalas. Estaba esposado y cada brazo lo tenía sujeto por un agente policial. El procesado evitó mirar a las cámaras mientras era introducido a una camioneta de la Dirincri que lo llevaría a Requisitoria. Al día siguiente, fue internado en Piedras Gordas.
Humala anunció que su ministro del Interior, Daniel Urresti, viajaría a Bogotá con un avión de la Fuerza Aérea para traer al detenido. El hecho se concretó al día siguiente.
Orellana fue expulsado de Colombia. Poco después de las 6:15 de la tarde, descendía de las escaleras del avión que lo traía a Lima. Vestía una chompa gris y encima un chaleco antibalas. Estaba esposado y cada brazo lo tenía sujeto por un agente policial. El procesado evitó mirar a las cámaras mientras era introducido a una camioneta de la Dirincri que lo llevaría a Requisitoria. Al día siguiente, fue internado en Piedras Gordas.
La captura de Orellana marcó el inicio de los diversos megaoperativos de la PNP contra cabecillas de presuntas organizaciones criminales. Fue el resultado de un trabajo metódico del grupo especial de investigación Orión de la División Antidrogas de la PNP, el que a mediados de septiembre del 2014 fue convocado de emergencia por la fiscal Marita Barreto para que ayuden a capturar al escurridizo abogado. Barreto pidió la intervención de Orion porque sospechaba que al interior de la Dirincri se estaba filtrando información que terminaba en los oídos de Orellana.
Las sospechas de la fiscal tomaron fuerza cuando descubrió en el “búnker” de esta presunta organización un listado de números telefónicos de mandos policiales, varios de ellos en actividad. Según la fiscalía, la red de Orellana se caracterizaba no solo por su alto nivel técnico para cometer sus actos ilícitos, sino también porque tenía infiltrados en la PNP, fiscalía, Poder Judicial y en la política.
La fiscal solicitó al entonces ministro Urresti, al director de la PNP Jorge Flores Goicochea y al jefe de la Dirandro Vicente Romero, el apoyo de Orión, el cual lideraba el comandante Lozano. Barreto ya había trabajado con ellos en la captura de la ex congresista Nancy Obregón y otros operativos en el Alto Huallaga, como el interrogatorio a Florindo Eleuterio Flores, alias "Artemio", uno de los cabecillas de Sendero Luminoso. El grupo Orión había capturado al mando terrorista.
Las sospechas de la fiscal tomaron fuerza cuando descubrió en el “búnker” de esta presunta organización un listado de números telefónicos de mandos policiales, varios de ellos en actividad. Según la fiscalía, la red de Orellana se caracterizaba no solo por su alto nivel técnico para cometer sus actos ilícitos, sino también porque tenía infiltrados en la PNP, fiscalía, Poder Judicial y en la política.
La fiscal solicitó al entonces ministro Urresti, al director de la PNP Jorge Flores Goicochea y al jefe de la Dirandro Vicente Romero, el apoyo de Orión, el cual lideraba el comandante Lozano. Barreto ya había trabajado con ellos en la captura de la ex congresista Nancy Obregón y otros operativos en el Alto Huallaga, como el interrogatorio a Florindo Eleuterio Flores, alias "Artemio", uno de los cabecillas de Sendero Luminoso. El grupo Orión había capturado al mando terrorista.
La fiscal Barreto solicitó al entonces ministro del Interior Daniel Urresti, al director de la PNP Jorge Flores Goicochea y al jefe de la Dirandro Vicente Romero el apoyo del equipo Orión. (Foto: Archivo El Comercio)
La operación contra la red Orellana se llamó 'La Tribu' y comenzó de manera oficial el 23 de septiembre del 2014.
Los agentes Lozano y Aguirre, así como su equipo de trabajo, tenían experiencia en investigar a bandas de narcotraficantes, pero era la primera vez que estaban tras los pasos del líder de una presunta red de lavado de dinero. Sin embargo, utilizaron la misma metodología de trabajo: seguimiento sostenido a los miembros de la organización, la captación de informantes y la interceptación telefónica contra sus principales miembros. A fines de octubre dieron con la clave: Ester Carolina Furland dijo por celular que su pareja, Rodolfo Orellana, se encontraba bien en “Santiago”. Se abrían dos posibilidades: Santiago de Chile o Santiago de Cali.
Verificaron las direcciones de los allegados a Orellana. ¡Bingo! La hermana de su ex esposa vivía en un exclusivo condominio en Cali. El resto fue una coordinación con las autoridades locales y colombianas para viajar encubiertos. En especial, para que no se enteraran personajes como Carlos Ramos Heredia, entonces fiscal de la Nación, de quien, más adelante, un colaborador eficaz lo señaló como persona cercana a la presunta organización delictiva.
Orellana hoy cumple prisión preventiva en el penal de máxima seguridad de Challapalca en Tacna. Se sabe que comparte celda con el holandés Joran van der Sloot. En agosto de este año, se hizo público que desde allí ejercía la defensa de internos condenados por tráfico de drogas e incluso, según fuentes de la fiscalía, de sujetos como Gerald Oropeza.
Los agentes Lozano y Aguirre, así como su equipo de trabajo, tenían experiencia en investigar a bandas de narcotraficantes, pero era la primera vez que estaban tras los pasos del líder de una presunta red de lavado de dinero. Sin embargo, utilizaron la misma metodología de trabajo: seguimiento sostenido a los miembros de la organización, la captación de informantes y la interceptación telefónica contra sus principales miembros. A fines de octubre dieron con la clave: Ester Carolina Furland dijo por celular que su pareja, Rodolfo Orellana, se encontraba bien en “Santiago”. Se abrían dos posibilidades: Santiago de Chile o Santiago de Cali.
Verificaron las direcciones de los allegados a Orellana. ¡Bingo! La hermana de su ex esposa vivía en un exclusivo condominio en Cali. El resto fue una coordinación con las autoridades locales y colombianas para viajar encubiertos. En especial, para que no se enteraran personajes como Carlos Ramos Heredia, entonces fiscal de la Nación, de quien, más adelante, un colaborador eficaz lo señaló como persona cercana a la presunta organización delictiva.
Orellana hoy cumple prisión preventiva en el penal de máxima seguridad de Challapalca en Tacna. Se sabe que comparte celda con el holandés Joran van der Sloot. En agosto de este año, se hizo público que desde allí ejercía la defensa de internos condenados por tráfico de drogas e incluso, según fuentes de la fiscalía, de sujetos como Gerald Oropeza.
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