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Thursday, August 10, 2017

Odebrecht: daños impagables

Odebrecht: daños impagables

Odebrecht: daños impagables

¿Es que el Perú es la última rueda del coche o no hay voluntad política de ajustarle las clavijas a esos bandidos?
Como peruana y como abogada me resisto a que los daños ocasionados por Odebrecht a nuestro país puedan calcularse con una regla de tres simple. Esta empresa ha estado involucrada en diecisiete obras públicas de gran magnitud desde el año 2005 hasta el 2014, adjudicadas por un monto de US$12 534 millones... ¡y hoy tiene la “indecencia” de solo reconocer US$29 millones en coimas! ¡Los US$20 millones de Toledo y unos adicionales!
La procuradora ad hoc Katherine Ampuero fue abruptamente removida del cargo por presiones políticas: es el costo de suscitar incomodidad. Uno de los más emblemáticos cuestionamientos que le formularon fue su incapacidad para ponerse de acuerdo en el monto de la reparación al Estado peruano y su poca pulcritud en el manejo del DU-003.
Tan simple como que Odebrecht pretendía pagar la módica suma de US$60 millones y la defensora del Estado exigía S/. 2000 millones de soles, (equivalente a US$600 millones de dólares), vale decir menos del 5% del valor adjudicado en obras. Y aún así les pareció una suma sideral. ¿Es que acaso no son conscientes del daño que le han hecho al país? 
Se trata de una negociación delicadísima y no sorprende que las propuestas iniciales hayan estado en los extremos, tan diferenciadas. Para los brasileños, es un “alguito” más del doble de los sobornos reconocidos, mientras que para nosotros los peruanos el daño es impagable.
El nuevo procurador ad hoc José Miguel Ramírez ha declarado que lo principal es fijar una reparación civil adecuada y luego colaborar con el fiscal en el proceso, porque “si no se gana la demanda, no habría reparación  que cobrar” ¡Inaceptables y derrotistas palabras! Hay abundante evidencia de las coimas y mucho por seguir investigando. Si el procurador tiene algún resquicio de duda de la fortaleza y solidez del caso, mejor sería que pusiera a disposición su cargo, de inmediato. A pesar de todos los cuestionamientos en su contra, parece que Katherine Ampuero la tenía mucho más clara respecto de hacer una férrea defensa de los intereses del país.
Es un principio legal que los daños y perjuicios deben ser acreditados pero, ¿por qué vamos a tomar como referencia solo el valor de los sobornos o incluso de las obras adjudicadas? ¿Para facilitarle la tarea a la Administración de Justicia? ¿Para copiar lo que han hecho otros países como República Dominicana que aceptó recibir US$184 millones de penalidad por los US$92 millones de sobornos reconocidos? Nuestro país no va a ser mas rico o más pobre con US$60 millones de dólares; es necesario pelear con otros elementos de juicio, aunque sea una la negociación más tediosa y prolongada.
Para la Asociación Peruana de Profesionales en Inversiones, Lava Jato cuesta en términos monetarios entre 3.5% y 5% del Producto Bruto Interno y afectaría el cierre de 2017 con una disminución del 1% en el rendimiento de la actividad económica. Según el MEF, los proyectos paralizados en el país equivalen al 4.7% del PBI.
A más inri, la economía está muy ralentizada por la falta de confianza de los inversionistas: se ha caído la inversión pública, se ha quebrado la cadena de pagos en muchas empresas (lo cual tiene un inmenso efecto multiplicador en el bolsillo de las familias involucradas) aumentando la tasa de morosidad en los bancos y contrayendo la demanda, sin entrar a elementos más subjetivos como haber promovido o acentuado  la “criminalización” del Estado. Todo a pesar de que el caradura de Mauricio Cruz, actual representante de Odebrecht en el país, tiene la osadía de sostener en una reciente entrevista en televisión que pagar coimas fue la única forma de operar en el Perú y que tenían que sobrevivir. Vale decir, simple estado de necesidad.
¡Eso no se lo cree ni él mismo! El Departamento de Operaciones Estructuradas fue diseñado para canalizar ilegal y fluidamente dinero negro a por lo menos mil personas en doce países. ¿O es que habrá querido aludir a que los peruanos los impulsamos a recorrer la senda de la corrupción? Pobres angelitos. Cabe recordar que en diciembre de 2016 Odebrecht reconoció pagar una multa de US$2600 millones a los Estados Unidos, Suiza y Brasil en el transcurso de los próximos veintitrés años.
Siento que el Perú es la última rueda del coche o no hay voluntad política de ajustarle las clavijas a estos bandidos. La empresa está próxima a vender la Hidroeléctrica de Chaglla a una empresa china (donde invirtió US$1500 millones), así como el proyecto de irrigación de Olmos, sobre el que tiene acuerdo desde noviembre. ¡Espero que no solo la veamos pasar!


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