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Thursday, August 14, 2014

Hollywood llevará al cine la vida de la Schindler peruana


La historia de Magdalena Truel fue reconstruida en el exitoso libro 'Estación Final'

En París, durante la II Guerra Mundial, fue falsificadora de documentos de la Resistencia

El periodista Hugo Coya (Lima, 1960) investigó durante cinco años quiénes fueron los peruanos que murieron o sobrevivieron a los campos de concentración de la II Guerra Mundial: usó sus vacaciones para revisar archivos, rastrear y entrevistar a los familiares, y conocer los lugares donde la historia ocurrió. En 2010, Aguilar publicó su libroEstación final y fue el libro de no-ficción más vendido ese año. Un ejemplar del best-seller llegó a la casa de Danny Rodríguez, un estadounidense de origen peruano que trabaja en la industria del cine en California. Cada vez que la madre de Rodríguez viaja a EE UU tiene el encargo de llevar libros y revistas de Perú para que su hijo mantenga un nexo con sus raíces e idioma.
“Habiendo nacido en Perú, siempre he estado buscando la historia correcta para recrearla. La de Magdalena Truel es una historia sorprendente, que trascenderá a nivel mundial, no solo en Perú”, explica a EL PAÍS Rodríguez, CEO de Transcendent Entertainment, la casa productora con sede en Los Ángeles que lidera el proyecto fílmico acerca de la heroína peruana de la resistencia francesa de la II Guerra Mundial. Fue una de las más hábiles falsificadoras de documentos y así salvó a cientos de personas.
Magdalena nació en Lima, de padres franceses, en 1904, y tuvo una niñez y adolescencia tranquilas, la menor de ocho hermanos.
En 1942, un camión que trasladaba tropas alemanas en París atropelló a Truel. En adelante caminó arrastrando una pierna
“Estaba orgullosa de ser peruana, hablaba francés y español a la perfección, era dueña de una fuerte personalidad y, al mismo tiempo, extremadamente afectuosa y capaz de sentirse identificada con los desvalidos”, relata Coya en Estación Final.
En 1923 la madre de Magdalena muere de cáncer y poco después su padre también fallece. Sin familiares en Perú, y en una situación económica complicada, los hermanos deciden irse a París a casa de unas tías. Magdalena ingresa a estudiar filosofía en La Sorbona, y aunque encuentran la escasez de la posguerra, la joven peruana conoce a los artistas más importantes del momento y a la vanguardia liberal y política.
Al terminar los estudios encuentra trabajo en la primera sucursal española del Banco Bilbao. Hugo Coya explica: “Hay una relación importante con España en esta historia. En Francia estaban los refugiados republicanos, y ella les sirve de traductora a quienes recibían su dinero. Se despierta su admiración por los republicanos a raíz de las historias que sus compañeros de trabajo le contaban. Por eso la película va a tener participación importante española en la coproducción”.
En 1942, un camión que trasladaba tropas alemanas en París atropelló a Truel y le costó un año recuperarse. En adelante solo pudo caminar arrastrando una de las piernas, y desde su ventana veía los vejámenes contra sus vecinos judíos. Un par de amigos suyos se habían unido a la resistencia francesa, para luchar contra los nazis, y la peruana se sumó usando el seudónimo ‘Marie’.
“Formó un grupo dedicado a ayudar a los paracaidistas ingleses y estadounidenses, dándoles refugio, comida, ropa, uniformes y documentos falsos alemanes. Su destreza, minuciosidad y detallismo gráfico le permitieron lograr resultados extraordinarios. Fue reconocida por todos como la mejor falsificadora de documentos del movimiento”, cuenta Estación Final.
Los alemanes, tiempo después, detienen y asesinan a compañeros de Magdalena en uno de los centros de falsificación y esperan escondidos. Truel fue a recoger tinta, un insumo escaso entonces, y fue detenida, torturada y enviada a una prisión en Fresnes, en las afueras de París en junio de 1944. Meses después, en 1945, es conducida al campo de concentración de Sachsenhausen, en las afueras de Berlín, donde estaban recluidos artistas, gitanos, homosexuales, judíos, intelectuales disidentes y políticos opositores, como el expresidente españolFrancisco Largo Caballero, a quien Truel admiraba.
Coya explica por qué la historia de la ‘Schindler peruana’ ha estado escondida tantas décadas: “Cuando ingresa en la Resistencia, ella les hace prometer a su familia y amigos que no van a revelar nada. En ese momento era explicable porque podían poner en peligro la misión y a la familia misma. Hay que recordar que la someten a las más horribles torturas y no habla nada pese a que estaba en el principal centro de falsificación, en el distrito XVII de París".
En 1945 la llevan arrestada al campo de concentración de Sachsenhausen, en las afueras de Berlín
"La mayoría de sus compañeros muere, se salvan cuatro o cinco de su grupo y cuando termina la guerra cada uno tenía su propio drama. Sin embargo, dos años después de acabada la guerra, uno de ellos cuenta en primera persona a Le Monde que gracias a Marie, una peruana, se salvaron, y dice que le deberían rendir homenaje, pero quedó allí como miles de historias. Era una desaparecida”, refiere el autor.
“En 2001 el gobierno de Francia da un decreto para la formalización de miles de personas deportadas por los nazis hacia campos de concentración, para declararlos formalmente muertos, por motivos legales. Ahí se descubre todo, se confirma que esta mujer existió e hizo lo que se dice que hizo, y es reconocida como una de las mártires de la resistencia, muerta por deportación. La familia no reclamaba dinero, sino el reconocimiento formal de que esta mujer ayudó a otras personas a salvarse, por eso su historia no tuvo antes la repercusión que debió tener”, añade el periodista y profesor universitario, que ya prepara un nuevo libro sobre Truel y en noviembre lanzará otro sobre un doble agente peruano en la II Guerra Mundial.
La coproducción será estadounidense, francesa y española, y, en su condición de asesor del filme Coya viajará a París en septiembre para sugerir algunos escenarios.
Rodríguez, el CEO de la casa Transcendent, estima que el costo de la producción será de unos 30 millones de dólares “porque es un gran filme épico y de época”.
Coya y Rodríguez presentarán el proyecto fílmico la próxima semana con el director y guionista neoyorquino Francis Delia, como parte del programa del 18º Festival de Cine de Lima. Dado que el periodista no inició su pesquisa pretendiendo escribir un libro ni dar pie a una película, el proceso le genera un par de reflexiones.
"En un contexto especialmente duro para el periodismo peruano, cuando las unidades de investigación desaparecen de los medios, el periodismo en profundidad es escaso y se alimenta el culto al inmediatismo, yo les enseño a mis alumnos que hay que trabajar fuertemente para conseguir un periodismo de calidad, y espero que los nuevos periodistas entiendan que a veces trabajos como éste, con tiempo para investigar, pueden rendir frutos y llevarte a un lugar tan increíble como Hollywood”, anota.

Sin embargo, más importante le parece que el mundo conozca a Magdalena Truel. “En un momento de guerras, donde los criterios de solidaridad y los derechos humanos son pisoteados, ella es un verdadero ejemplo. Es la mujer que habiendo podido voltear la espalda a personas más indefensas que ella, perseguidas por un régimen totalitario, decide asumir esa causa y defenderlos a riesgo de su propia vida, es una muestra de verdadero heroísmo. Hay muchas plazas con nombres que no dicen nada y faltan verdaderos héroes”, asegura el periodista.


La vida de la Schindler peruana, Magdalena Truel, será llevada al cine

La vida de la peruana Magdalena Truel, que perteneció a la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial salvando la vida de cientos de judíos y soldados aliados falsificando documentos, y que murió en el campo de concentración de Sachsenhausen, será llevada a la pantalla grande.
CEO de Transcendent 
Entertainment
, la casa productora con sede en Los Ángeles lidera el proyecto fílmico, sobre la vida de Magdalena Truel, en una coproducción estadounidense, francesa y española, con un costo aproximado de 30 millones  de dólares, basándose en el libro “Estación Final” del periodista peruano Hugo Coya, que trata sobre los peruanos que murieron o sobrevivieron en los campos de concentración nazis.

El libro de Coya llegó a manos de Danny Rodríguez, estadounidense de origen peruano que trabaja en la industria del Cine en Estados Unidos, quien impulso ante la productora el proyecto de recrear la historia de Magdalena en un filme. Coya y Rodríguez presentarán el proyecto fílmico la próxima semana con el director y guionista neoyorquino Francis Delia, como parte del programa del 18º Festival de Cine de Lima. Coya viajará en septiembre a París para sugerir algunos escenarios en su calidad de asesor del filme.
Magdalena Truel nació en Lima, Perú, de padres franceses y fue la menor de ocho hermanos. Al fallecer primero su madre en 1923 y poco después su padre, Magdalena y sus hermanos viajan a París para vivir con sus tías. Magdalena o Madeleine como le decían en Francia, cursa estudios de filosofía en la Sorbona, donde  se relaciona con los artistas más destacados de la época y la vanguardia liberal y política.
Culminados sus estudios Magdalena, ingresa a trabajar en la primera sucursal española del Banco Bilbao, sirviendo de traductora, por su gran dominio del español, a los refugiados republicanos españoles, lo que ha determinado la participación española en la coproducción del filme.
Pese a haber sido atropellada por un camión que trasladaba tropas alemanas en París, quedando con una pierna inutilizada, Magdalena se unió a la resistencia francesa con el seudónimo de Marie, para luchar contra los alemanes. Su labor en la resistencia fue de apoyo a paracaidistas ingleses y norteamericanos y a judíos, proporcionándoles comida, ropa, refugio, y documentos falsos, siendo reconocida como la mejor falsificadora de documentos, según relata Coya en su libro.
Magdalena escribe, a raíz de su entrañable amistad con un niño de origen judío rumano de nombre Pascal, un cuento titulado “El niño del metro”, historia en la que trata de llamar la atención sobre la terrible opresión que los niños judíos sufren en la Francia ocupada por los nazis.
En junio de 1944 es detenida por los alemanes, torturada y enviada a la prisión en Fresnes, pero Magdalena se niega a hablar y delatar a sus compañeros. Al año siguiente la trasladan al campo de concentración de Sachsenhausen, en las afueras de Berlín, donde estaban recluidos artistas, gitanos, homosexuales, judíos, intelectuales disidentes y políticos opositores. Magdalena comparte el escaso alimento que le dan con otros detenidos más débiles y los anima con historias y recuerdos del Perú. Durante su traslado hacia Lübeck, Magdalena fallece en el poblado de Stolpe, donde es sepultada, en una de las denominadas “marchas de la muerte” el 3 de mayo de 1945. Dos años después de terminada la guerra, uno de los sobrevivientes  del campo de concentración cuenta al diario Le Monde, que el grupo de sobrevivientes se salvó gracias a una peruana llamada Marie.
En el 2001, al emitirse un decreto para la formalización de miles de personas deportadas a los campos de concentración por los nazis y declararlos formalmente muertos,  recién se confirma la existencia de Magdalena y lo que hizo, por lo que se le declara mártir de la resistencia. (FOTO: Captura YouTube)

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