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Tuesday, August 19, 2014

Sala Civil favorece a la Megacomisión

Miente, miente siempre…

La Primera Sala Civil, a través de la resolución 1066 hecha pública el viernes, resolvió revocar la resolución número 22 del juez Hugo Velásquez Zavaleta que anulaba la citación de la megacomisión a Alan García del pasado 4 de octubre de 2013, la sesión del mismo grupo del 30 de octubre y “los actos posteriores o sucesivos”, vale decir, los informes finales del grupo de investigación. Con esta anulación la protección judicial que buscaba construir Alan García para evitar ser investigado ha sufrido un serio revés.
La fundamentación de la resolución 1066 es transparente. Ante el argumento de García de que en la citación que le cursó la megacomisión no se había precisado si lo habían citado en condición de investigado o de testigo, la resolución precisa que si bien se utilizó el término “vinculación”, García tiene la condición jurídica de “investigado” y que “ambas palabras son sinónimas, pues la vinculación conlleva participación en los hechos, y no mera testimonial”. La citación se comunicó pues de manera aceptable, se informó a García de los hechos y cargos en su contra en los casos Agua para Todos, indultos y conmutaciones, los manejos inmobiliarios en Collique y demás, además de otorgarle la intervención de un abogado, levantar la reserva de medios probatorios y otorgarle plazo suficiente para preparar su defensa, lo cual cumple “los estándares del debido proceso”.
Lo que sorprende es que apenas fue emitida la resolución y antes de que la megacomisión fuera notificada los abogados de Alan García se apresuraron presentar esta medida como un triunfo de su patrocinado, anunciando que el Poder Judicial había anulado la apelación presentada por la megacomisión y había otorgado razón a Alan García en la acción de amparo a través de la cual intentaba ser eximido de las investigaciones en marcha. Casi inmediatamente RPP y Canal N se sumaron al coro, repitiendo esta manifiesta falsedad, convirtiendo un revés judicial en un sondado triunfo. Alan García se sumó entonces al operativo de desinformación a través de un par de tuits que contenían abiertas falsedades: “Contra pedido de la megacomisión, el Poder Judicial no revocó la resolución del juez, solo pidió ampliación y que suba nuevamente”, y “la sentencia definitiva del juez y de la Sala Constitucional es inamovible y cosa juzgada. Nulos los informes y sus consecuencias”.
Solo después de que el presidente de la megacomisión, Sergio Tejada, y analistas independientes señalaron la manifiesta falsedad de estas afirmaciones,  vino el cambio de versión. Pero para entonces se había logrado el objetivo de sembrar la confusión.
¿Por qué publicar manifiestas mentiras que pueden ser inmediatamente desenmascaradas, como en efecto ha sucedido? Se trata del estilo de manejo de la información patentado por Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Adolf Hitler, a través de una célebre sentencia: “Miente, miente siempre, que al final algo queda”. Para la gente que se limita a leer los titulares de las noticias queda la sensación de que García fue eximido por el Poder Judicial.
Alan García ha hecho de la mentira una forma de vida. Limitémonos a casos que están en estos días en la palestra. Primero, la utilización indebida del grado académico de Doctor, una falta penalmente sancionable. De inmediato García se apresuró a negar que lo hubiera hecho, pero no solo le sacaron documentos que había suscrito como “Doctor Alan García” sino hasta documentos oficiales suscritos en calidad de tal en el postgrado que dirige en la Universidad San Martín de Porres, que otorga grados académicos que el mismo García no posee. 
La detención de Danilo Conrado Silva Sánchez, narcotraficante detenido con más de 400 kilos de droga en Barranca, nos remite a la afirmación que hizo García ante el país afirmando enfáticamente que él no había liberado a ningún narcotraficante, ni menos a integrantes de bandas. Pues bien, a Silva le encontraron 65 kilos de cocaína, armas, dólares, y se probó que trabajaba para el cartel de Sinaloa, lo sentenciaron por tráfico ilícito de drogas en forma agravada a 15 años de prisión. Y entonces Alan García firmó la reducción de su pena a 10 años y así  salió libre el 30 de marzo de 2011, para volver a caer esta semana en compañía de Alberto Tapia, candidato fujimorista a la alcaldía de Barranca. Aún más grave, a la fecha son alrededor de 200 los narcotraficantes liberados a sola firma por García que han vuelto a prisión por reincidentes. Precisemos que estos son los que han sido descubiertos. La cantidad total debe ser bastante más elevada.

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