Jaime Antezana: La mafia chalaca declina pero el narcotráfico sigue intacta
INFORME. El declive del grupo regional Chimpum Callao, de ninguna manera significa que haya perdido todo el poder ni que se hayan resuelto los graves problemas de corrupción y otros crímenes en esa región, afirma el analista Jaime Antezana.
Jaime Antezana
Colaboración
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Con Alex Kouri sentenciado a 5 años y la prisión preventiva por 18 meses de Félix Moreno, el “movimiento” Chimpum, organización que controló y dominó gran parte de esta región por más de 20 años, ha entrado en una etapa de ocaso. Esta afirmación es categórica e incontrovertible: la cabeza, el fundador del “movimiento”, y el segundo están -con las diferencias aludidas- en la cárcel.
Una organización o “movimiento” regional, cuyos principales dirigentes tuvieron sus orígenes en el Partido Popular Cristiano (PPC), no puede sobrevivir frente a un cuadro de esta naturaleza. ¿Por qué? Ya no tienen el poder político regional. Al perder el poder político, sus seguidores que se movilizaron proclamando la inocencia de Moreno se desmoralizan y empieza la diáspora. Seguro que eso ya está ocurriendo.
Peor aún: el vicepresidente Walter Mori Paredes, quien debe ocupar el cargo de Félix Moreno, no podría asumir el cargo por una resolución de la Contraloría General. Reproducimos textualmente la parte de la Resolución referida a Walter Mori:
“Artículo Segundo.- Imponer a cada uno de los administrativos Walter Mori Ramírez con DNI Nº 29428359, Víctor Manuel Portilla identificado con DNI Nº 25852667, Manuel Alberto Mori Paredes, identificado con DNI Nº 07956089, y Defina Nelly Barboza Castillo de Briceño, identificada con DNI Nº 25515541, la SANCIÓN DE CUATRO (4) AÑOS DE INHABILITACIÓN PARA EL EJERCICIO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA…”
ALIANZA CON LA DELINCUENCIA
La inhabilitación de Mori para suceder a Moreno como gobernador regional del Callao es otro elemento que abona el diagnóstico del ocaso en el que ha ingresado Chimpum Callao. Este impedimento puede abrir un escenario de disputa interna en esta organización por la sucesión de Moreno en el cargo. Si Kouri y Moreno, desde los penales donde se encuentran, no ponen orden, las pugnas y disputas se sumarán a esta crisis de ocaso.
La inhabilitación de Mori para suceder a Moreno como gobernador regional del Callao es otro elemento que abona el diagnóstico del ocaso en el que ha ingresado Chimpum Callao. Este impedimento puede abrir un escenario de disputa interna en esta organización por la sucesión de Moreno en el cargo. Si Kouri y Moreno, desde los penales donde se encuentran, no ponen orden, las pugnas y disputas se sumarán a esta crisis de ocaso.
Sin embargo, una maquinaria como Chimpum que tuvo, desde 1996 hasta 2017, el poder político de casi toda la región Callao; que construyó una alianza con bandas delincuenciales (Caracol, Renzito, etc.) vinculadas al cobro de “cupos” de construcción civil y de la colocación de cocaína en los barcos; y que habría llevado la corrupción a niveles nunca conocidos en el Callao, no puede dejar de existir tan rápido ni tan fácilmente.
Menos aún si consideramos que el control que logró Chimpum fue construido con millonarias campañas electorales, que nadie ha investigado ni quiere investigar, que iban desde regalos masivos de electrodomésticos, alimentos (pescado, fréjoles, etc.) y dinero a los barrios.
La base social de apoyo de Chimpum se construyó, pues, a punta del más grosero populismo. O, dicho de otro modo, el lavado de activos en las campañas electorales.
TIENEN “BANCADA”
Esa amplia base social de apoyo le hizo saborear el triunfo a Kouri tres veces en la Municipalidad Provincial del Callao ((1996-2006) y, posteriormente, la presidencia del Gobierno Regional del Callao. El 2010 dejó el Callao para postular a la Alcaldía Provincial de Lima por Cambio Radical de José Barba Caballero. Tras el veto a su candidatura, Víctor Albrecht asumió la presidencia regional. Usando la misma “metodología”, Félix Moreno fue elegido gobernador para el período 2014- 2018.
Esa amplia base social de apoyo le hizo saborear el triunfo a Kouri tres veces en la Municipalidad Provincial del Callao ((1996-2006) y, posteriormente, la presidencia del Gobierno Regional del Callao. El 2010 dejó el Callao para postular a la Alcaldía Provincial de Lima por Cambio Radical de José Barba Caballero. Tras el veto a su candidatura, Víctor Albrecht asumió la presidencia regional. Usando la misma “metodología”, Félix Moreno fue elegido gobernador para el período 2014- 2018.
Hay otro dato adicional, es vox populi en el Callao que Chimpum tiene congresistas en el actual Congreso que fueron electos usando como vientres de alquiler a varios partidos políticos, pues -por ser un “movimiento” regional- no podía participar en las elecciones generales. Estos congresistas fueron financiados por Chimpum. Ernesto Linares Mascaro, en su página Varietates hace referencia a eso:
“Viendo la lista de candidatos, es una pena que varios de los más populares estén vinculados o hayan militado en el Movimiento Chimpum Callao… que desde 1995 controla la mayoría de municipios y el Gobierno Regional, y varios de sus dirigentes son acusados o investigados por actos de corrupción. Son seis los candidatos vinculados a Chimpum Callao…: Naldy Sotomayor, Víctor Albrecht, Rogelio Canches, Gioconda Tripi, Julio Moreno y Arturo Villanueva” (http://elinaresm.blogspot.pe/…/los-candidatos-al-congreso-p…).
Así, de acuerdo al autor, Chimpum tendría congresistas en funciones. Uno de ellos sería Víctor Albrecht y hay otros por revelar. Ahí no queda todo. Incluso, una fuente confiable contó que Chimpum tiene un congresista que resultó electo por un partido “democrático”. “Un candidato que salió electo por un partido democrático se plegó a la mafia de Moreno. Le pagaron la campaña en estas últimas elecciones (del 2016, agregamos)”.
NARCOTRÁFICO SIGUE INTACTO
Todos los ingredientes aludidos muestran que el poder de Chimpum, con suficientes elementos que lo vinculan a la corrupción desenfrenada y su alianza con las bandas de los barrios, convertidos en “paseros” de la droga a los barcos, al tráfico ilícito de cocaína, no se caerá como “castillo de naipes”. No desaparecerá de golpe. Será un proceso. Aún tienen una maquinaria capaz de demoler a quien le salga al frente. O de dar duros “manotazos”.
Todos los ingredientes aludidos muestran que el poder de Chimpum, con suficientes elementos que lo vinculan a la corrupción desenfrenada y su alianza con las bandas de los barrios, convertidos en “paseros” de la droga a los barcos, al tráfico ilícito de cocaína, no se caerá como “castillo de naipes”. No desaparecerá de golpe. Será un proceso. Aún tienen una maquinaria capaz de demoler a quien le salga al frente. O de dar duros “manotazos”.
Pero el ocaso ya empezó. El quiebre ya se produjo. Y todo indica que es muy difícil revertir esta situación. Otros funcionarios seguirán, también caerán. El resto es cuestión de tiempo y de la respuesta de los ciudadanos honestos y de las organizaciones que resistieron a la maquinaria que representó Chimpum. Sectores que fueron sometidos por esta maquinaria o “movimiento” con vínculos con la corrupción y el tráfico ilícito de drogas en condiciones absolutamente adversas.
Ahora bien, ¿el escenario de ocaso de Chimpum en curso, con sus principales cabezas en la cárcel, y la imposibilidad del vicepresidente de asumir el cargo, significa que el narcotráfico ha sido afectado? De ninguna manera. El narcotráfico continúa utilizando al puerto del Callao, con o sin Chimpum y las bandas de barrios, como ruta de la cocaína a Europa y Asia. Es un negocio transnacional y criminal que no está encadenado a una persona o “movimiento” regional.
Lo que ha pasado en el Callao, desde que el narcotráfico entre el 2008-2009 lo convirtió en la principal ruta marítima de la cocaína, es la configuración de un sistema institucionalizado que permite la salida de decenas de toneladas de cocaína anuales con destino a los continentes mencionados. Así de claro: es un sistema institucionalizado que cruza transversalmente a todas las instituciones (fiscales, jueces, policías, autoridades, empresas privadas, etc.).
LO QUE SUBYACE
El Estado de emergencia que se estableció, por una temporada, en el Callao no fue para enfrentar al narcotráfico. Fue para golpear, dispersar y reducir el accionar del lumpenproletario-narco, las bandas de los barrios, que se disputaban quién coloca más cocaína en los contenedores y barcos. Esa guerra o, para ser más precisos, narcoguerra, continúa bajos forma menos intensas. No hay semana que se produzca un ajuste de cuentas en las calles.
El Estado de emergencia que se estableció, por una temporada, en el Callao no fue para enfrentar al narcotráfico. Fue para golpear, dispersar y reducir el accionar del lumpenproletario-narco, las bandas de los barrios, que se disputaban quién coloca más cocaína en los contenedores y barcos. Esa guerra o, para ser más precisos, narcoguerra, continúa bajos forma menos intensas. No hay semana que se produzca un ajuste de cuentas en las calles.
Eso sí, evidentemente el narcotráfico necesitará de la protección o “ceguera” de las autoridades políticas. Eso lo buscarán en otra organización. Es más: eso ya está en proceso. En efecto, ya está ocurriendo en el Callao -escrito en un artículo anterior- “el desplazamiento y recomposición de las fuerzas del narcotráfico en otro espacio ‘político’ para mantener, en lo fundamental, la situación actual”.
ALGO MÁS
El narcotráfico lo penetra todo para actuar impunemente. Y recicla a sus protectores políticos. El ocaso de Chimpum no impide al narcotráfico operar sin ningún tipo de control. Este negocio queda intacto.
El narcotráfico lo penetra todo para actuar impunemente. Y recicla a sus protectores políticos. El ocaso de Chimpum no impide al narcotráfico operar sin ningún tipo de control. Este negocio queda intacto.
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