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Saturday, May 2, 2015

El mito del individualismo.




Por: Eugenio Guerrero
Twitter: @GuerreroEugenio

Un hecho característico de la humanidad es aquella necesidad mental que tienen los individuos de buscar imbuirse en el refugio de una “verdad última” para tratar de explicar su existencia y razón de ser en el mundo, da uso a diversos elementos que tienden a escapar de la razón para hacer figurar las más transcendentales narraciones de su justificación en el entorno social. No es de extrañar, por ejemplo, que nuestra civilización occidental tenga su propio mito, el mito de Prometeo: ese filantrópico héroe que desafió a Zeus y le arrebató el fuego del cielo para dárselo a los mortales otorgándoles con este fuego la capacidad pensar y el entendimiento para así rebelarse contra las prohibiciones de los dioses.


Un mito, aseveraba J. Sebreli “es un espacio vacío que puede ser ocupado por los más diversos significados.”; G. Pelayo, citado por Sievert, afirmaba que «El mito se manifiesta en un mitologema, es decir, “en un conjunto de representaciones, no tanto manifestadas en conceptos cuanto en imágenes y símbolos, ni ordenados sistemáticamente, sino confundidos y amalgamados en un todo y susceptible de modificaciones (…) mientras se conserve el núcleo”. ».

Podemos tener en cuenta que existen diversos mitos en cada país, ciudad, tribus, entre otras conformaciones grupales. El ámbito político e intelectual no escapa de este fervoroso escenario donde se disputa la mayor influencia en el actuar diario del ser humano: el campo de las ideas. En este caso, existe un pernicioso mito acerca del método sociológico-antropológico llamado “individualismo”, catalogado por F.V Hayek como el “verdadero individualismo” el cual hunde sus raíces en autores como Mandeville, Hume, J. Tucker, A. Ferguson, A. Smith, Burke, Toqueville y Acton; al confundirlo por ignorancia o irresponsabilidad intelectual con el “falso individualismo” que da inicio -influenciados por Descartes- con los enciclopedistas franceses, Rousseau y los fisiócratas, que degenera en el socialismo. Por motivos del reducido espacio, nos encargaremos del primer tipo de individualismo.

El débil y sin sustento argumento con el que se pretende acusar al individualismo es que supuestamente asume al hombre como un ser aislado, como un “átomo” sin conexión con sus semejantes, solo un simple “egoísta” que se acordona en un sombrío y solitario mundo, que se refugia en su propiedad y por poco se convierte en una especie exagerada de asocial voluntario: ¡nada más lejos de la realidad!, Intentaré exponer – de manera muy resumida- en qué se basa tal método:

1) El individualismo es una teoría de la sociedad. Un acertado esfuerzo orientado en tratar de comprender las fuerzas que determinan la vida del hombre en sociedad, su constitución y carácter están en conjunto determinados por su existencia en dicho entorno.

2) Lo que la persona decida hacer estriba, en gran medida, de lo que espera que decidan otros individuos y sus expectativas.

3) No considera a la “sociedad” como algo con fuerza independiente de los individuos que la componen. Lo real son las personas que la integran y sus acciones determinan el tipo de pauta social que habrá de formarse (contrario a todo misticismo colectivista-positivista superado, hace mucho, por el estudio riguroso del hombre en su entorno social).

4) Citando a M. Rothbard: “La sociedad pacífica y cooperativa es la que crea condiciones favorables para los sentimientos de amistad entre los hombres.”

5) Aseguraba Toqueville: “el individualismo es un sentimiento maduro y tranquilo que dispone todo miembro de la sociedad al apartarse de la masa de sus semejantes y a retirarse con su familia y amigos”.

6) Afirmaba Hayek: “La colaboración espontánea de hombres libres crean con frecuencia cosas que son superiores a lo que sus mentes individuales jamás habrían podido comprender plenamente.” (De ahí el nacimiento de las instituciones sociales).

7) El individualismo se basa en un principio general que radica en servirse de la universal aceptación de principios generales como efectivos medios para crear orden en los asuntos sociales. Un sistema que asume con manifiesta importancia las costumbres y las tradiciones como también las pequeñas asociaciones que en una sociedad libre se desarrollan, originado de un largo y dilatado proceso de selección el cual deja en evidencia la disponibilidad del hombre a someterse a reglas.

8) Analiza el conjunto de instituciones por las que el individuo tiende a ser influido, por elección propia y los diversos motivos que determinan su conducta habitual, a contribuir –con o sin intención- lo más posible a satisfacer las necesidades de los demás.

9) Toma en cuenta que un mundo de significados subjetivos se amalgama, naturalmente, con el mundo de la vida cotidiana. Basado en la experiencia de la existencia de otros seres humanos y las razones y sentidos de sus acciones es, una sustancial y original observación empírica que el hombre hace de sí y su entorno.

10) Como es limitado y falible el conocimiento individual es imposible que algún grupo o persona pueda conocer todo lo que otro conoce; así, el individualismo deduce su conclusión primordial en la imperiosa necesidad de limitar todo poder coactivo.


Hoy día, donde el gobierno socialista busca sacrificar nuestra individualidad -que no es otra cosa que nuestra personalidad que persigue sueños propios- para lograr sus fines totalitarios, es propicio manifestar que aquel que no actúa persiguiendo su bien propio no tiene el elemento moral para poder actuar por el bien de los demás.

Eugenio Guerrero
Diciembre 2014

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