diciembre 15, 2014 por Ricardo Puentes Melo
Así fue el fraude electoral de Santos
La verdad es que Oscar Iván Zuluaga ganó con poco más del 53% de la votación, según narraron en La Habana
Por Ricardo Puentes Melo
Diciembre 15 de 2014
La noche del 14 de junio de 2014, un día antes de la segunda vuelta presidencial, en la cual Juan Manuel Santos consumaría su monumental fraude, hubo una fiesta escandalosa en La Habana donde Raúl Castro y los principales cabecillas de las FARC celebraban por todo lo alto el triunfo del camarada Santos. El terrorista Iván Márquez no gozaba plenamente de la parranda, se notaba evidentemente pensativo –eso nos dijeron nuestras fuentes- así que Raúl Castro le preguntó qué le pasaba. Alias Márquez le dijo que dudaba del triunfo de Santos, ante lo cual el dictador cubano le respondió que siguieran celebrando porque no existía la más mínima posibilidad de que ganara Oscar Iván Zuluaga. “Disfruta desde ahora este triunfo nuestro”, le espetó Castro a Iván Márquez.
Y así sucedió. En Periodismo Sin Fronteras habíamos advertido sobre el fraude que se avecinaba (EL FRAUDE ELECTORAL QUE SE NOS VIENE ENCIMA http://www.periodismosinfronteras.org/el-fraude-electoral-que-se-nos-viene-encima.html) e insistimos en que el ex presidente Álvaro Uribe seguía en la mira de los terroristas, que aunque se había salvado de un plan para asesinarlo en octubre, asunto que denunciamos también advirtiendo que gente cercana a Uribe estaba revelando su itinerario (posiblemente del esquema de seguridad ajeno a la Policía Nacional) para que las FARC pudieron colocar en Bogotá un taxi cargado de explosivos para asesinarlo (“ASESINAR A URIBE ES LA PRIORIDAD”: FARChttp://www.periodismosinfronteras.org/asesinar-uribe-es-prioridad-farc.html).
La fiesta de los terroristas en La Habana, de celebración anticipada del triunfo de Juan Manuel Santos, transcurrió en medio de mujerzuelas, son cubano y licores finísimos, y tanto como lo permitía el bullicio se volvió a determinar que la opción primordial era asesinar a Uribe Vélez o, en el “peor” de los casos, llevarlo preso usando sus fichas en la rama judicial colombiana combinándolas con la presión de la CIDH. Raúl Castro estaba radiante de alegría, al igual que los terroristas. Iván Márquez terminó por dejar el escepticismo y se entregó de lleno al bacanal.
Al otro día ocurrió lo que los bandidos habían planeado en contubernio con el gobierno: Santos ganó las elecciones sobre Zuluaga. Nadie se preguntó por qué en menos de media hora de iniciado el conteo ya habían contabilizado 100% de muchas mesas, cuando el proceso lleva horas. El resultado final fue el que habíamos anunciado: Santos barría –según las cifras- en los comicios.
Nuestra fuente nos aclaró que en Cuba tuvieron el dato de los reales resultados: La verdad fue que Oscar Iván Zuluaga ganó con poco más del 53% de la votación. Cómo obtuvieron esos datos, es un secreto bien guardado, pero nuestro informante presume que tiene que ver con los sistemas de informática montados por técnicos cubanos que Santos trajo al país, y con el famoso cable coaxial La Habana-Caracas del que hablamos en artículos pasados.
Teniendo bien presente que la mayoría del fraude se gestó mediante el registro computarizado de los votos, y que el voto electrónico se perfila como el mecanismo para fraudes mayores en elecciones venideras, investigamos las otras modalidades utilizadas: utilización de bandas criminales para coaccionar gente, compra y cambiazo de los formularios mediante la falsificación de los mismos.
El fraude en Barranquilla. En nuestra visita a Barranquilla encontramos toda suerte de testimonios que daban cuenta de cómo dos días antes
de elecciones se utilizaron helicópteros militares que llegaban al batallón con bultos de dinero. Los militares estaban indignados pero tuvieron que guardar silencio. Ellos contaron cómo las tulas con el dinero eran recogidas por los senadores, y cómo se pagaron los votos a 10mil y 20mil pesos el día de las elecciones.
Otros testigos nos narraron cómo los senadores llamaron a las entidades públicas para ordenar que se votara por Santos y se llevaran a familiares y amigos a hacer lo mismo.
Dimos cuenta también de cómo desde un almacén de zapatos en el centro de Barranquilla se pagaban los votos, cambiando el lugar para la compra cada dos horas. Voceadores informaban del sitio donde se estaban pagando los votos.
En un lugar de la calle 31 con 69, en el barrio Olaya, un señor Silva contrataba taxis para trasteo electoral a favor de Santos. Silva siempre ha trabajado con el senador Gerlein y tiene almacenes de repuestos donde se asegura que se llevaba a cabo la venta.
En Barranquilla estuvieron involucrados en el fraude, según denuncias, los senadores Efraín Cepeda, Roberto Gerlein, Name.. Entre el 13 y 14 de junio del 2014, un par de días antes de las elecciones, unos ciudadanos presentaron ante las autoridades un audio en el cual se ponía en evidencia cómo una líder contaba la manera como la campaña de Juan Manuel Santos estaba implementando el fraude mediante el “cambiazo”. La denuncia instaurada explicaba que en la empresa “Digiprint” se estaban falsificando los formularios E-14 para ser repartidos entre los jurados de votación hacia la 1 y 2 de la mañana del día de la jornada electoral. Los jurados tenían la misión de reemplazar los auténticos formularios por los que ellos llevaban ya marcados, a nombre de Santos, por supuesto. Además, esos jurados tenían que introducir entre 5 y 6 formularios más en cada mesa de votación. Y así se hizo.
La denuncia se hizo oportunamente, con el fin de agarrar “in fraganti” a los malhechores, pero la Fiscalía solo actuó 19 horas después, dando tiempo a que los involucrados en el fraude arreglaran sus asuntos. Tanto así que, cuando llegó la Fiscalía a realizar el allanamiento, ya nada había por ahí, ninguna prueba, ni un solo papel. Alguien les avisó.
Las fotos que se tomaron en plena acción nos muestran actividad en el lugar.
En la visita que hicimos al sitio, pocos días después, nos muestra cómo desmantelaron el lugar del fraude.
Bandas criminales usadas para el fraude. Periodismo Sin Fronteras se desplazó hasta el peligroso barrio Santa María, al sur de Barranquilla, donde la campaña de Santos dispuso de un bus escolar que situó a escasa media cuadra de la Policía. Allí, la madre de un muchacho perteneciente a la banda de “Los Rastrojos”, dirigió el fraude. Una semana antes, la señora –que es líder barrial y apoya a Gerlein- empezó a ofrecer de a $20.000 que, decía ella, “regalaba” a quien votara por Santos. En la mañana del día de votaciones llegó al sitio acordado, acompañada de un hombre con mochila, para pagar a quienes aceptaron el “regalito”. Nuestra fuente en el barrio nos cuenta que el viaje del bus se hizo tres veces con tanta gente que hasta iban de pie. Como otros bandidos se enteraron de que el de la mochila llevaba millones, se dispusieron a atracarlo, pero éste logró evadirlos y les dio el “regalito” a los votantes en el Colegio Santo Domingo, donde quedaba el puesto de votación.
Quien nos narra esto, es un joven cercano a los “rastrojos”. Sabe que tiene poco futuro pero en sus ojos brilla algo de esperanza cuando le decimos que hay salidas, oportunidades para quienes se alejan del delito. La melancolía aflora en su rostro y, sin mucha ilusión, nos dice que está dispuesto a declarar ante la Fiscalía con la condición de que lo protejan a él y su familia, y nos cuenta que él mismo ayudó a reclutar votantes a punta de pistola obligándolos a votar por Santos a cambio del “regalito” de 10.000 pesos.
Mientras nos dice esto, un grupo de pandilleros detienen el taxi en el que vamos y pretenden romper los vidrios si no nos identificamos. Por fortuna vamos con una conocida del barrio y, aunque no nos hacen daño, nos obligan a salir de inmediato de allí o, en caso contrario, atenernos a las consecuencias.
Ante la imposibilidad de garantizar la seguridad a nuestro informante, le prometimos que si la Procuraduría avanza en esta investigación, seguramente lo buscará garantizándole protección.
Le preguntamos al joven por qué la policía no hizo nada y él nos contesta que es poco o
nada lo que la autoridad policial puede hacer ya que el barrio lo manejan las bandas criminales.
Fraude en otros municipios y barrios. En el barrio El Ferri (Soledad, Atlántico) los votos fueron comprados y los votantes recogidos para llevarlos a los puestos, en un expendio de droga conocido como “las placas” del Ferri. Allí operan bandas criminales como “los grasas” y “los 40 negritos”. Ellos se encargaron de pagar a 10.000 pesos el voto siguiendo el mismo modus operandi: sin hombre de mochila, realizando varios viajes. Quienes no estuvieran inscritos en los colegios, eran reembarcados y llevados a sus puestos de votación.
En el barrio “El Pueblito” los trasladaron en taxis. La señora “Cris” (Lucía) organizó la compra de votos allí. A los primeros les pagaron a $20.000 y luego el “regalito” bajo a $10.000. Esta es zona de dominio de “los paisas”, allí tampoco hubo “hombre de mochila”.
En “La Pradera” también usaron taxis y pagaron a $20.000 el voto. En los barrios más peligrosos movieron a la gente en taxis.
En “Cruz de Mayo” (Soledad, Atlántico) que es zona controlada por Efraín Cepeda, trasladaron a la gente en taxi y en Van.
Otras fuentes nos narraron que gente de la Defensoría del Pueblo en Barranquilla recibía $500.000 pesos para que ayudaran a captar votantes y trasladarlos a los puestos. Llevaron muchos drogadictos, bandidos, pillos de toda calaña. Entre el bajo mundo barranquillero la voz se regó como pólvora y muchos acudieron al llamado.
Cómo fue el fraude en Córdoba. La compra de votos en Sahagún fue descarada. Nuestra fuente allá, que también está dispuesta a declarar si la protegen, da fe de la manera como los dos electores más importantes de allá ganaron las elecciones a punta de dinero. Tanto, que los votos se pagaron a $100.000 para Cámara y Senado, y a $60.000 para la presidencia.
Asegura nuestro testigo que unos ladrones se metieron a la residencia de quien se encargó de la compra de votos y le robaron el dinero que sobró de la campaña para las presidenciales.
En el corregimiento “La Ye”, de Sahagún, los regalos corrieron por cuenta de una tal Elizabeth que, según nuestra fuente en Córdoba, está casada con un importante hombre a quien le dicen “cachicho, y le sueltan plata en pilas”. Con un dato adicional: “Imagínate que Besaile les regaló una camioneta roja nuevecita. Ese tipo también regaló cinco carros igualiticos a gente de él, y creo que también a Álvaro, otro funcionario de Sahagún”.
También pudimos establecer que esquemas de protección fueron usados para sobornar autoridades políticas locales. La UNP fue prolija en la Costa para otorgar esquemas con autos blindados último modelo a cambio de que se votara por Santos. Y eso también lo denunciamos en Periodismo sin Fronteras (LA UNIDAD NACIONAL DE PROTECCIÓN, ¿LA COIMA DE LA REELECCIÓN SANTISTA?http://www.periodismosinfronteras.org/unidad-nalproteccion-coima-reeleccion.html)
“Pilas, Ricardo, con esta información.. Si saben que fui yo, me matan… Esa gente es peligrosa.. Y cuídate tú también, por favor…”
Con esta advertencia, que sumamos a las muchas que me han llegado, incluso desde el seno mismo de la Unidad Nacional de Protección donde su director, Andrés Villamizar, se ha aliado con bandidos internacionales para montar procesos en mi contra, entregamos esta información a las autoridades competentes.
Y no sólo eso, sino que este Villamizar pidió mi cabeza a un viejo amigo suyo, senador del Centro Democrático. Lo triste es que el senador, como yo no quise cerrar este portal, se la entregó en bandeja de plata, a mansalva y sin dolor, y de ñapa le obsequió la seguridad de frenarme si yo pretendía aspirar al Concejo de Bogotá. Y luego salió a disfrutar de sus vacaciones a Cartagena… como si nada.
@ricardopuentesm
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