Mensajes comprometedores: Andorra y Uruguay
Andrés “Betingo” Sanguinetti, el dirigente de Peñarol y medio hermano del expresidente Julio María Sanguinetti, era el “apoyo” en Montevideo del sistema que montó Odebrecht para blanquear las coimas
Por Fabián Werner, de Sudestada, de Uruguay (*).-
Este lunes el exfuncionario de la Banca Privada d’ Andorra (BPA) Andrés Sanguinetti, conocido en Uruguay y Brasil como “Betingo”, declaró ante la Justicia penal luego de haberse presentado voluntariamente ante Interpol el domingo 20.
Sanguinetti se encuentra esperando que se dé trámite al pedido y está dispuesto a declarar y a viajar incluso pagando el pasaje a Andorra, dijo este lunes su abogado Jorge Barrera. La Justicia se basó en una serie de testimonios y correspondencia, a los que accedió Sudestada, que comprueban que el funcionario del BPA fungía como “apoyo” de la operativa de Odebrecht en Uruguay y que estaba al tanto de toda la operativa ilícita.
Eso es lo que se desprende, por ejemplo, de las declaraciones del abogado Rodrigo Tacla Durán, uno de los ideólogos del sistema internacional de lavado, que dio el nombre de Sanguinetti como uno de los participantes de la trama de pago de sobornos a miembros del gobierno ecuatoriano. Pero este no es el único testimonio que lo involucra. En realidad, existen otros dos que lo dejan en peores condiciones para enfrentar a la Justicia.
El “apoyo” de Odebrecht
José Américo Spinola es un abogado brasileño que trabajó durante años en la Constructora Norberto Odebrecht, una de las empresas del grupo que pagó cientos de millones de dólares en sobornos a varios gobiernos de América Latina y África.
Spinola es hoy uno de los delatores que la Justicia brasileña está utilizando para desentrañar el complejo sistema que montó la constructora para pagar coimas, obtener contratos públicos y afianzar su posición dominante en el mercado de la construcción en todo el continente.
Fue este colaborador quien señaló a Andrés “Betingo” Sanguinetti como el “apoyo” de Odebrecht dentro de lo que se denominó “Caja 2”, la compleja estructura que buscaba disimular los pagos corruptos y el lavado de dinero.
A tal punto estaba Sanguinetti vinculado con la operativa que Spinola recordó que lo conoció “en los corredores de Odebrecht hace unos ocho años”. También contó que, más recientemente, se produjo una reunión en Barcelona junto a él y Luis Eduardo Da Rocha Soares, un exejecutivo de Odebrecht, para discutir la preocupación que ambos tenían por el inicio de un juicio en Andorra por el blanqueo de sobornos.
Según la transcripción de la “delación premiada” de Spinola, a la que accedió Sudestada, el colaborador narró detalladamente cómo a partir de 2008 se montó el sistema informático Drousys, una red de mensajería confidencial a través de la cual se comunicaban los altos ejecutivos de Odebrecht y sus representantes en varios países latinoamericanos que funcionaban como nodos de la red de lavado.
“También tuve conocimiento de otros apoyos externos a Odebrecht, como por ejemplo el de Andrés Sanguinetti (“Betingo”), en Montevideo”, dijo Spinola, que incluyó el sobrenombre del contacto uruguayo en su testimonio, lo cual demuestra el grado de relacionamiento que tenían.
Sanguinetti fue representante en Montevideo de la tristemente célebre Banca Privada d’ Andorra (BPA), un conocido lavadero de dinero sucio vinculado a múltiples causas de blanqueo de capitales alrededor del mundo.
Betingo cumplió esa función desde 2006 hasta 2015, año en que definitivamente se desmanteló el sistema Drousys y toda la “Caja 2”, en medio de los escándalos desatados por la investigación Lava Jato.
El “amigo” Betingo
Betingo aparece en los intercambios del sistema Drousys directamente con su correo electrónico del BPA (a.sanguinetti@bpa.ad) y con su nombre completo, o sea que no utilizaba ningún seudónimo como sí lo hacían los directivos de Odebrecht.
En varias comunicaciones incluso utiliza su correo electrónico particular (betingo@hotmail.com), como por ejemplo cuando el doleiro Olivio Rodríguez Junior (alias “Gigolino”) le reclama por el “rebote” de un depósito de 5 millones de dólares en su cuenta.
“Me puedes informar lo que está pasando, porque envié U$S 5.000.000 a mi cuenta de Klienfeld y está rebotando porque la cuenta fue cerrada. ¿Cómo fue cerrada si no fui informado y con saldo todavía en la cuenta?”, le pregunta Gigolino a Betingo, en un correo electrónico enviado el 5 de setiembre de 2013 a su cuenta personal betingo@hotmail.com.
Al día siguiente, Betingo planteó la consulta a Pablo Laplana, Subdirector General del Área Internacional del BPA. Laplana respondió que “El banco ordenante indicó como corresponsal a la UBS NY y esta cuenta está cerrada desde hace un tiempo. Han de conducirla por otro corresponsal, como por ejemplo Citibank NY (CITIUS33). Esa transferencia nunca llegó a BPA y la cuenta cerrada mencionada se refiere a la de corresponsalía de BPA”.
Con esta respuesta, Betingo le escribió el 6 de setiembre a Gigolino: “Amigo. El problema era el corresponsal. Envía a través del Citi. Abrazo. Betingo”.
En otro intercambio de mensajes, Betingo coordina la visita del Gerente General del BPA en Uruguay, Francesc Xavier Pérez, a Lima el 23 y 24 de marzo de 2011 a la ciudad de Lima, en Perú.
“Hola Betingo. Te confirmo que ya tengo vuelo para el miércoles 23, llego a Lima a las 9:45. Si quieres pásame el contacto para coordinar que me manden a alguien a buscar al aeropuerto y para que me reserven hotel en el mismo de siempre para la noche del 23 al 24. Regreso a Montevideo el 24 en el vuelo de las 21:50. La idea sería juntarme con ellos a media mañana, para ver qué tipo de cuenta quieren, así lo preparo todo para el jueves y me lo traigo todo firmado. Gracias. Abrazo”, le escribió Pérez el 17 de marzo de 2011.
Al día siguiente Sanguinetti le contestó: “Hola Sisco. Copio a Luis Edoardo. Sisco: Llegas en Taca ? Luisinho : Puedes por favor coordinar para que lo busquen en el aeropuerto, lleven al hotel ,etc/ Muchas gracias y saludos, Betingo”. Luis Edoardo, o “Luisinho” como cariñosamente lo llama Betingo, es Luiz Eduardo Da Rocha Soares, un ex directivo de Odebrecht actualmente preso y con acuerdo de colaboración firmado.
Una vez más el intercambio se produce a través del sistema Drousys, y Da Rosa Soares utiliza su cuenta bajo el seudónimo “Tushio”. Pérez le escribe esta vez a ambos: “Hola Betingo. Sí, llego el miércoles 23 en Taca en el vuelo TA0040 que llega a las 9:45 am. Hola Luisinho. Necesitaría por favor, que como en anteriores ocasiones venga alguien a buscarme al aeropuerto y que me reserven un habitación en el Novotel para la noche del 23 al 24. Una vez llegue, la idea es juntarme el mismo miércoles con el cliente para formalizar todo, así el jueves a primera hora de la tarde si todo esta ok firmamos los contratos. Muchas gracias. Un abrazo”.
Ese mismo día, “Tushio” (Luiz Eduardo Da Rocha Soares) contestó: “Estimado Francesc. Ya hablé con las personas en Lima. Tan pronto tenga detalles del conductor que va buscarlo te lo envío por correo electrónico. Saludos”.
Como ya publicó Sudestada, Perú fue uno de los países donde más coimas pagó Odebrecht en toda América Latina, y allí también aparecen vinculadas empresas y estudios jurídicos uruguayos, como el caso de Wircel SA y el uruguayo Néstor Gustavo Cardozo García.
En su testimonio ante la Justicia, Da Rocha Soares explicó cuáles eran los dos requisitos fundamentales que buscaban al momento de elegir un banco para proceder al pago de coimas. El primero era que el país donde funcionaba el banco tuviera una legislación que no permitiera el intercambio de información con otros países. El segundo era que fueran instituciones en las que “la persona que estuviera al frente de nuestra relación supiera y trabajara a favor nuestro sobre eso” (el pago de coimas) y además que la Odebrecht tuviera acceso a la cúpula o el dueño del banco.
Entre esos países el delator mencionó a Suiza, Austria, Andorra, Malta y la Isla de Madeira, que por aquellos años funcionaba como una guarida fiscal dentro de Portugal. En estos sitios Odebrecht consiguió ese tipo de bancos, donde existía “o una remuneración para el banco, una remuneración para el gestor, o una remuneración para ambos, para que pudiéramos tener éxito en nuestros pleitos”.
En el caso de Andorra, Da Rocha Soares detalló que Odebrecht empezó a trabajar con BPA gracias a su vínculo personal con Andrés “Betingo” Sanguinetti. “Andrés Sanguinetti es un uruguayo, amigo mío, conocido de mi familia. Él trabajó en el PKB también en Uruguay y trabajó en el Espirito Santo Bank de Portugal. Fue para la Banca Privada de Andorra, me buscó, y comenzamos a tener una relación. Fui a Andorra y conocí a la cúpula del banco y empezamos a trabajar”, explicó.
En el caso de Andorra, Da Rocha Soares detalló que Odebrecht empezó a trabajar con BPA gracias a su vínculo personal con Andrés “Betingo” Sanguinetti. “Andrés Sanguinetti es un uruguayo, amigo mío, conocido de mi familia. Él trabajó en el PKB también en Uruguay y trabajó en el Espirito Santo Bank de Portugal. Fue para la Banca Privada de Andorra, me buscó, y comenzamos a tener una relación. Fui a Andorra y conocí a la cúpula del banco y empezamos a trabajar”, explicó.
De inmediato, Da Rocha Soares se apresuró a exculpar a su viejo amigo, quitándole responsabilidades y negando que haya cobrado coimas: “En este caso Andrés nunca ganó nada. Yo nunca pagué nada a Andrés Sanguinetti. Sólo pagaba 1 por ciento por cada movimiento en la cuenta del BPA”.
Da Rocha Soares explicó que además de Sanguinetti, en el BPA conocía a Francesc Xavier Pérez, Pablo Laplana, Cristina Lozano, Xavier Campos, Juan Pablo Miquel, que era el CEO del banco, e Isabel Sarmiento. Todos ellos integran la lista de directivos del BPA que la justicia de Andorra incluyó en la denuncia penal por lavado de activos. La nómina de indagados se completa con Santiago de Rosselló, Jaume Pàmies, Javier Díaz, Dolores Alaminos, Juan Cejudo y Mercedes Araujo.
Todos ellos “estarían vinculados de manera directa o indirecta con la trama de sobornos provenientes de la constructora Odebrecht”, según consta en la providencia de la jueza Canólic Mingorance del 28 de abril pasado que dio lugar al pedido de extradición por el que ahora Betingo espera para ser remitido al principado en el Mediterráneo.
La jueza que investiga la Banca Privada d’ Andorra (BPA) acusa a una veintena de gestores de la entidad de facilitar, como “práctica generalizada“, el blanqueo de dinero de clientes investigados por corrupción en España simulando ingresos y reintegros en efectivo a través de una empresa panameña, Landstreet International.
Con este panorama, la situación de Sanguinetti cambia sustancialmente y es bien distinta a la que planteó ayer su abogado, Jorge Barrera, a su salida del juzgado.
Según el profesional, Sanguinetti ratificó su “voluntad de comparecer a los estrados judiciales de cualquier país, porque acá se está investigando una situación que se da en el marco de una actividad bancaria, en su actividad laboral, que estaba sujeto tanto a un departamento de cumplimiento como a un departamento de lavado de activos que supervisaban su gestión”.
Sin embargo, a pesar de los intentos de Barrera de diluir la responsabilidad de Sanguinetti, actual dirigente del club Peñarol y medio hermano del expresidente Julio María Sanguinetti, hay testimonios y correspondencia que demuestran que el funcionario del BPA lejos de ser un empleado que cumplía órdenes se trataba de un agente que recorría los pasillos de Odebrecht, era amigo persoonal de sus directivos, fungía como “apoyo” de la operativa de la constructora en Uruguay y estaba al tanto de toda la operativa ilícita.
No comments:
Post a Comment